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La economía rusa ha podido resistir la presión de las sanciones impuestas durante último año por países occidentales, según un alto diplomático europeo.
Las importaciones rusas han vuelto en gran medida a sus niveles del año 2020, anteriores a la fase activa del conflicto en Ucrania, señaló este sábado un alto diplomático europeo en declaraciones a la agencia Bloomberg.
Según datos de acceso confidencial del funcionario, que habló en condición de anonimato, el impacto real de las sanciones impuestas contra Rusia por el G7 y la Unión Europea no han cumplido con las expectativas en algunas áreas.
El diplomático se refirió sobre todo a dos productos que se fabrican en la UE y otras naciones aliadas —chips avanzados y circuitos integrados— que siguen llegando a Rusia pese a las prohibiciones. Señaló que eso se debe a países que hacen de intermediarios: como Turquía, Emiratos Árabes Unidos y Kazajstán.
Al mismo tiempo, el informante admitió que los suministros chinos a Rusia también han aumentado y que Pekín desempeña un papel cada vez más importante en el envío de insumos al país euroasiático.
La Unión Europea ha aplicado diez paquetes de sanciones, que restringen la comercialización de cientos de bienes y aparatos tecnológicos. Además, se sancionó en total a unas 1.473 personas físicas y 205 jurídicas, pretendiendo cortar las principales fuentes de ingresos de Moscú. Sin embargo, algunos de los funcionarios europeos reconocen que carecen de un mecanismo eficaz para hace cumplir ese conjunto de medidas, destaca la agencia.
El décimo paquete comunitario de sanciones contra Rusia, el último hasta el momento, fue adoptado por la Comisión Europea el pasado 25 de febrero, incluyendo a 121 personas y entidades. El documento preveía nuevas restricciones significativas para las operaciones de importación y exportación, así como la “prohibición” de lo que consideran “medios de propaganda rusos”.
