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Los comentarios se dan después de días de especulaciones sobre las posibles represalias de Washington tras el ataque a un puesto de avanzada estadounidense en Jordania.
El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, afirmó este viernes durante una visita a una exhibición naval de la Guardia Revolucionaria Islámica, en la provincia iraní de Hormozgán, que su país no tiene intenciones de iniciar una guerra, pero “responderá con firmeza” a cualquiera que quiera intimidarlo.
Asimismo, Raisi, que ha estado visitando el golfo Pérsico en los últimos dos días, aseguró que, tras observar los avances militares, científicos y tecnológicos, llegó a la conclusión de que: “Nosotros podremos, pero el enemigo nunca podrá”.
Según Raisi, la capacidad militar iraní es una amenaza evidente incluso para “el enemigo”, quien se ha visto incapaz de “emprender ninguna acción” contra Irán, porque sabe que las fuerzas de Irán “son poderosas y capaces”.
“Antes, cuando querían hablar con Irán, utilizaban amenazas y decían que la opción militar estaba sobre la mesa. Ahora dicen que no tienen intención de entrar en conflicto” aseguró Raisi, detallando que esa “disuasión” es gracias al “poder del pueblo iraní y sus fuerzas armadas”.
“No iniciaremos ninguna guerra, pero si alguna fuerza cruel nos quiere intimidar, responderemos con firmeza”, continuó el presidente. “El poder militar de Irán en la región nunca ha sido una amenaza para ningún país. Al contrario, garantiza una seguridad en la que los países de la región pueden confiar”, concluyó Raisi.
Los comentarios del mandatario iraní se dan tras días de especulaciones sobre las posibles represalias de Washington, después de que tres soldados de EE.UU. murieran y otros 34 resultaran heridos el pasado domingo tras un ataque con dron a un puesto de avanzada estadounidense en Jordania.
EE.UU. acusó a los “grupos militares radicales respaldados por Irán” de perpetrar el ataque y prometió “hacer rendir cuentas a los responsables”. El día de ayer, cuatro funcionarios de la Casa Blanca aseguraron que el dron que protagonizó el ataque fue fabricado en Irán.
Aunque Teherán ha negado las acusaciones, medios estadounidenses informaron que Washington había aprobado planes para lanzar una serie de ataques durante varios días contra objetivos dentro de Siria e Irak, incluidos personal e instalaciones iraníes.