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Con el eslogan “Donde el globalismo va a morir”, la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) convocó a cientos de partidarios del expresidente estadounidense Donald Trump, quien pese a que todavía no se cerraron las primarias del Partido Repúblicano, no hay dudas de que será el candidato que enfrentará al actual mandatario Joe Biden en las elecciones presidenciales de noviembre.
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La convocatoria, que fue el primer acto de carácter nacional de la campaña de Trump, tuvo como condimento especial la participación de dos líderes emergentes de Latinoamérica: Javier Milei y Nayib Buekele, confirmando la regionalización de la derecha a nivel continental.
La CPAC fue fundada en 1974 por Ronald Reagan, tras el escándalo del Watergate. Desde su fundación, la cumbre se planteó ser el eje de “una nueva derecha”, y sirvió de plataforma de lanzamiento de personajes que hoy son Gobierno en sus países, como Viktor Orbán o Giorgia Meloni.
Publicitada como “la reunión de conservadores más grande e influyente del mundo”, este año, además de las figuras del ala “ultra” del Partido Republicano y los dos mandatarios latinoamericanos, fueron convocados Liz Truss, la breve exprimera ministra libertaria del Reino Unido; Nigel Farage, principal promotor del Brexit y asumido neonazi; el actor y cantante provida mexicano, Eduardo Verástagui; Santiago Abascal, lider de Vox en España y Eduardo Bolsonaro.
La agenda del encuentro se centró en la radicalización de las políticas antimigratorias; la exaltación de valores tradicionales como el de Dios y la familia, y con el consecuente rechazo a las políticas de género, el feminismo y el aborto. En tanto, el enemigo común elegido por todos los expositores -salvo Milei- fue el globalismo, encarnado pro Naciones Unidas y la Agenda 2030.
Bukele y Milei al servicio de la campaña electoral republicana
Desde el equipo de Trump señalaron que ven en los mandatarios latinoamericanos una oportunidad de sumar adhesiones en la población inmigrante, la cual será clave en las elecciones de este año.
Con casi 2,5 millones de personas, los salvadoreños superan en número a los cubanos en Estados Unidos (EE.UU.), según el Centro de Investigaciones Hispanas Pew, y es la tercera comunidad en cantidad de personas en la diáspora, mientras que la de Argentina es mucho menor.
En tanto, Mercedes Schlapp, exasistente de Trump en la Casa Blanca, señaló a la prensa hispana que ambos mandatarios han captado la atención de los inmigrantes de América Latina como contrapesos populistas a los hombres fuertes de izquierda esparcidos por Centro y Suramérica.
“Este es un momento muy importante para los conservadores y republicanos”, precisó Schlapp, “es momento de hacer esa conexión con la comunidad latina y de que entiendan que los apoyamos y queremos que sus familias tengan éxito en EE.UU. y que podemos protegerlos de los comunistas e izquierdistas…”
Bukele dio el salto
Bukele apuntó durante su discurso contra el enemigo común. “Dicen que el globalismo viene a morir a la CPAC. Estoy aquí para decirles que en El Salvador ya está muerto”, dijo y provocó una ovación, “pero si quieres que el globalismo muera aquí también, debes estar dispuesto a luchar sin disculpas contra todo y todos los que lo defienden”.
La conferencia de este año marcó un hito para el mandatario salvadoreño, que hasta ahora había evitado identificarse con la derecha. Sus políticas de seguridad, de encarcelamiento masivo y mano dura, son admiradas por mandatarios conservadores de toda la región, mientras que organismos internacionales señalan las múltiples violaciones a los derechos humanos y la deriva autoritaria del mandatario. En ese contexto, Bukele eligió abandonar la neutralidad y posicionarse.
El presidente salvadoreño ganó las últimas elecciones con cerca del 85 por ciento de los votos y fue reelecto, pese a que la Constitución de su país lo prohíbe. Actualmente, cuenta con el control total de todas las ramas del Estado, desde el Congreso al Poder Judicial, el cual fue relevado de facto. Además, gobierna bajo estado de excepción en materia de seguridad desde hace casi dos años, suspendiendo derechos civiles y silenciando voces críticas.
Sin embargo, manifestó que “en El Salvador no usamos nuestro sistema judicial para perseguir a nuestros adversarios políticos”, dijo, lanzándose directamente contra la Administración Biden por la supuesta persecución de la que Donald Trump le acusa. “Una práctica que puede sonarles familiar, pero allí no lo hacemos, ¿y quién es el dictador? “.
El león
El “Hola a todos, yo soy el león” se presentó Milei ante el auditorio en tono alegre. “Lindo día para hacer temblar a la izquierda”.
Pese a la estridencia de su saludo, su alocución sería un largo desarrollo académico de su teoría económica basado en la escuela austriaca, una teoría nunca aplicada en ninguna nación del mundo, pero que el presidente argentino refiere en cada oportunidad. Los fundamentos, en oposición a la política llevada adelante por Trump, señalan como raíces de todo mal las “distorsiones” que implica cualquier intervención del Estado.
A su vez, el líder libertario apuntó contra el statu quo argentino. “La casta corrupta se compone de políticos ladrones que ponen sus privilegios por sobre los argentinos, empresarios prebendarios que hacen negocios con los políticos corruptos, por medios de comunicación corruptos, que están enojados porque les eliminamos la publicidad oficial, los sindicalistas que se ocupan de sus negocios y no de la gente, y de los profesionales que los defienden y profesan la religión del Estado”, dijo.
Y, como es habitual en su prédica, apuntó contra el socialismo. “El socialismo, en ninguna de sus versiones puede funcionar”, aseguró, cosechando aplausos y ovaciones del público. “Cuanto más Estado hay, más distorsión hay, más violencia hay y menos funciona el sistema”, sostuvo. “No dejen avanzar el socialismo, no avalen la regulación, no avalen la idea de los fallos de mercado, no permitan el avance de la agenda asesina y no se dejen llevar por los cantos de sirena de la justicia social”, declaró.
En tanto, en el marco del evento, Milei cargó nuevamente contra el presidente de Colombia, Gustavo Petro. En una entrevista a un medio, el mandatario argentino acusó a su homólogo de estar “hundiendo a los colombianos, y que es una plaga letal para los propios colombianos”. No es la primera agresión contra el jefe de Estado suramericano, a fines de enero lo había tratado como “comunista asesino que está hundiendo Colombia”.
El Gobierno de Colombia rechaza contundente y enérgicamente las irrespetuosas declaraciones del Presidente de la República Argentina, Javier Milei, contra el Presidente de Colombia @petrogustavo, lo cual impacta la relación y los lazos de hermandad que históricamente han… https://t.co/OJT6YL2lf3
— Luis Gilberto Murillo (@LuisGMurillo)
February 25, 2024
La regionalización de la ultraderecha
Según sus organizadores, la convocatoria al mitin obedeció a una estrategia de campaña, ya que sus narrativas son tentadoras para la derecha estadounidense para que Donald Trump vuelva a la Casa Blanca en las elecciones presidenciales de este año. “Nuestro movimiento, como estamos viendo, es internacional: cuando tienes a dos presidentes de Latinoamérica, es algo impresionante”, señaló Mercedes Schlapp.
Sin embargo, la organizadora destacó de Milei y Bukele su capacidad de transmitir “un mensaje anticomunista, antiizquierdista, porque ellos saben del peligro y del daño de los comunistas en sus países, y en Latinoamérica, en Nicaragua, Venezuela y Cuba”.
Como respuesta, la Casa de las Américas emitió un comunicado en donde llamó a “denunciar sin descanso el crecimiento del nuevo fascismo y sus empeños para crear una internacional de la barbarie y de la cultura del odio”, y catalogó a la CPAC como una “vitrina de una ostentosa concertación de las fuerzas del nuevo fascismo”.
En tanto, la CPAC evidenció que los exponentes de la “nueva derecha” coinciden más en el uso obsesivo de las redes sociales, su encono contra los proyectos progresistas, su discurso violentamente antipolítica y sus aires mesiánicos que en sus pensamientos, ideología o su accionar político.