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El responsable del operativo que acabó en la masacre Cumbre de Alaska fue absuelto junto con otro soldado.
Un tribunal de Guatemala condenó a siete soldados a penas que oscilan entre los 7 y 9 años de prisión por el asesinato de seis indígenas maya k’iche en 2012, mientras que absolvió a otros dos militares, según informa La Prensa Libre.
El fallo fue duramente criticado por familiares y abogados de las víctimas, tachándolo de penas mínimas y de una decisión racista por parte de las juezas.
“Rechazamos profundamente la parcialidad de parte de las juezas. Es una forma de racismo el hecho en que ellas determinaron la sentencia”, señaló el presidente de la organización los 48 Cantones, Edin Rafael Zapeta, en rueda de prensa a las afueras del tribunal, acompañado de familiares de las víctimas y heridos en la masacre.
#MasacredeAlaska 🚨 Rechazan parcialidad de juezas ↪️El presidente de los 48 Cantones, Edín Rafael Zapeta, señaló de racismo a las juezas por la sentencia emitida. ↪️“Se enfocaron más en las metas truncadas de los militares que asesinaron a nuestros hermanos y en ningún… pic.twitter.com/SvhOt9JCOG
— Prensa Comunitaria Km169 (@PrensaComunitar) February 29, 2024
Tanto la Fiscalía como las acusaciones particulares pedían una condena por ejecución extrajudicial, lo que podría conllevar condenas de entre 20 y 50 años. Sin embargo, el fallo condena a los siete soldados por los delitos de lesión en riña, homicidio culposo y disparo con arma de fuego.
La mayor polémica se centra en que uno de los absueltos es el coronel Juan Chiroy, responsable del operativo. Los hechos, conocidos como masacre de la Cumbre de Alaska, tuvieron lugar el 4 de octubre de 2012, cuando cientos de personas miembros de la organización indígena 48 Cantones de Totonicapán bloquearon el paso en una carretera del occidente del país.
Protestaban por el alza de los precios de la energía eléctrica, así como por otras demandas sociales cuando tuvo lugar la matanza.
La versión del Gobierno aseguró que un guardia de seguridad disparó su arma para abrirse paso entre los manifestantes, lo que provocó gran confusión, por lo que los militares supuestamente dispararon al aire para desalojar a los concentrados. El saldo de la brutal represión fue de seis muertos y 24 heridos.