La cifra de muertos debido a las fuertes lluvias en el sureste de Brasil desde el viernes pasado aumentó a 25 este domingo, con la confirmación de otros 13 fallecimientos en el estado de Espíritu Santo, según fuentes oficiales.
LEA TAMBIÉN:
Detienen en Brasil a los autores intelectuales del asesinato de Franco
Estas 13 nuevas víctimas se suman a las cuatro confirmadas el sábado en esa región, y todas ellas han sido resultado de deslizamientos de tierra que afectaron a viviendas ubicadas en cerros y zonas de alto riesgo.
Las intensas lluvias, que comenzaron el viernes por la noche, han afectado varias áreas del sureste del país, pero han tenido un impacto especial en la región serrana, a unos 100 kilómetros de la ciudad de Río de Janeiro.
���� | Mais de 100 pessoas estão desabrigadas devido às fortes chuvas que atingiram pelo menos dez municípios do Espírito Santo, Brasil.
Igrejas, cooperativas, escolas e várias entidades se organizaram para ajudar as famílias que foram afetadas pelas chuvas que atingem o Espírito… pic.twitter.com/8P5KhXk6Xq
— World Events �� (@Eventmund)
March 23, 2024
En esta zona montañosa se produjeron cinco de las muertes registradas en el estado de Río de Janeiro debido a deslizamientos de tierra, y otras tres personas fallecieron en diferentes zonas de esa entidad.
Aunque las lluvias han cesado, tanto Río de Janeiro como Espíritu Santo se mantienen en “estado de alerta” este domingo, y las autoridades tienen bajo alerta a los miembros de los cuerpos de Bomberos y Defensa Civil.
Aunque se había advertido que las tormentas podrían extenderse a otras áreas del sureste de Brasil, como los estados de Sao Paulo y Minas Gerais, la intensidad de las lluvias en esas regiones no fue tan fuerte como se esperaba, y no se han reportado víctimas ni daños materiales significativos.
Las autoridades en Brasil indican que existe la posibilidad de un incremento en el número de fallecidos. Asimismo, como consecuencia de las inundaciones, un total de 5.481 individuos tuvieron que abandonar sus residencias. Las intensas precipitaciones transformaron las vías en corrientes de agua que arrastraron numerosos vehículos, ocasionaron deslizamientos de tierra, causaron daños a las viviendas e inundaron cientos de edificios bajo el agua.
