Decenas de miles de personas llenan las calles en Durham, en el noreste del Reino Unido, e instan al Gobierno a detener la venta de armas al régimen de Israel.
Los manifestantes pidieron el domingo al Partido Laborista británico que ponga fin al suministro de armas a Israel y la complicidad del país europeo en la matanza del pueblo palestino en la asediada Franja de Gaza.
Asimismo, instaron a las autoridades del país a tomar las medidas para terminar con la pobreza que sufren los niños británicos, entre otras cuestiones sociales.
“Estoy harto de que la gente, los políticos, digan que no hay dinero y después aumenten el gasto en armas. Podemos permitirnos gastar dinero en matar gente, pero no en darles una vida segura y digna. Es una locura obscena”, denunció el secretario de la Asociación de Mineros de Durham (DMA), Alan Mardghum.
El Reino Unido ha sido siempre un aliado tradicional de Israel. Según la organizaciones pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW), Londres suministra al régimen de Tel Aviv misiles, tanques, tecnología, armas pequeñas y municiones, así como aproximadamente el 15 por ciento de los componentes del caza F-35 que se utiliza actualmente para bombardear Gaza.
El apoyo del Reino Unido al genocidio israelí en Gaza —que ha dejado hasta ahora más de 38 100 palestinos muertos— les costó muy caro a los dos principales partidos del país europeo —el Partido Conservador y el Partido Laborista— en los comicios del 4 de julio.
El Partido Conservador británico, conocido como ‘Tory’, que brindó un apoyo inquebrantable al régimen sionista durante la guerra en curso, perdió el poder tras catorce años por no retroceder en su respaldo a Israel.
Los laboristas, a su vez, a pesar de una victoria aplastante en las elecciones, perdieron un gran número de votos y varios diputados frente a candidatos independientes pro palestinos en varios escaños con grandes poblaciones musulmanas.
msm/rba