PM del Reino Unido, Starmer, advierte que se necesiten impuestos más altos para los ricos y que los disturbios recientes mostraron una división dentro del país.
El primer ministro británico, Keir Starmer, aseguró que los recientes disturbios revelaron una sociedad debilitada por una década de división y declive, infectada por una espiral de populismo, que se alimentó de ciclos de fracaso del último gobierno.
Entre los principales temas a revisar resaltan promesas electorales como ajustar los largos tiempos de espera para recibir tratamiento en el Servicio Nacional de Salud, financiado por el Estado, la inmigración y una crisis del costo de vida que ha desencadenado huelgas generalizadas incluso por parte del personal de atención médica de emergencia. Starmer, proveniente del Partido Laborista, fue elegido por abrumadora mayoría el 4 de julio. En sus primeras apariciones utiliza su discurso para intensificar los ataques contra el legado dejado por los conservadores derrocados.
La próxima semana el Parlamento retoma sus funciones con el reto por delante de revisar a fondo los cimientos políticos de Reino Unido y responder a los intereses de un nuevo gobierno que se propone desechar decisiones adoptadas durante la última década y pasar de las palabras a la acción.
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