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“Este régimen no solo es rusofóbico, sino que tampoco es muy inteligente”, dijo el canciller ruso.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ha advertido este sábado que la conservación del territorio ucraniano depende de las decisiones que tome Kiev respecto a los acuerdos que fueron entablados en su momento con Moscú.
“Cuanto más tiempo los actuales dirigentes ucranianos, con el apoyo de Occidente, rompan un acuerdo tras otro, menos territorio le quedará a este régimen“, señaló.
En este contexto, el canciller explicó que si en febrero de 2014 los responsables del golpe de Estado y Occidente hubieran cumplido el acuerdo firmado con el entonces presidente ucraniano Víktor Yanukóvich para resolver la crisis política, los acontecimientos se hubieran desarrollado de otra manera.
“Si hubieran cumplido honestamente lo acordado, no habría pasado nada y Crimea sería parte de Ucrania. Pero decidieron romper el acuerdo porque estaban impacientes por cambiar el poder lo más rápido posible”, recordó.
Al mismo tiempo, Lavrov aseguró que si en febrero de 2015 Kiev y Occidente hubieran implementado los acuerdos de Minsk, Ucrania “se habría quedado con Donbass”. “No quisieron porque no querían darle a una parte de Donbass un estatus especial, que consiste principalmente en confirmar el derecho de las personas que viven allí a hablar su lengua”, agregó.
“Y tuvieron una tercera oportunidad en Estambul en abril de 2022“, indicó el canciller, exponiendo que si el régimen de Kiev hubiera cumplido los acuerdos alcanzados con Moscú sobre el cese de hostilidades, Ucrania no habría perdido la parte restante de Donbass, así como las provincias de Jersón y Zaporozhie.
“Este régimen no solo es rusofóbico, sino que tampoco es muy inteligente. Y quienes lo dirigen difícilmente pueden pretender a llamarse políticos razonables y con visión de futuro”, afirmó el ministro. En sus declaraciones, Lavrov reiteró que los elementos claves de una resolución política del conflicto en Ucrania son: garantizar los derechos, libertades e intereses legítimos de los ciudadanos rusos y de habla rusa; garantizar el estatus de Ucrania como país no alineado, neutral y libre de armas nucleares; eliminar cualquier amenaza en su territorio a la seguridad de Rusia.