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El periodista independiente había viajado a Somalia en 2012 para investigar la piratería y conocer la economía somalí.
Dos funcionarios somalíes recibieron condena a 30 años de prisión por mantener como rehén a un periodista estadounidense durante casi tres años en el país africano, según anunció de la Fiscalía de Nueva York.
La Fiscalía afirma que Abdi Yusuf Hassan y Mohamed Tahlil Mohamed abusaron de su autoridad en el Gobierno somalí al capturar a Michael Scott Moore en 2012. Los dos hombres fueron condenados este martes en Nueva York por toma de rehenes, terrorismo y delitos relacionados con el uso de armas de fuego.
Según la investigación, Hassan, de 56 años, ocupaba el cargo de ministro del Interior en la provincia somalí de Galmudug, donde se encontraba secuestrado Moore. En ese rol, era responsable de la policía y las fuerzas de seguridad, además de actuar como líder principal de los piratas, coordinando sus intentos de extorsionar a la familia de Moore. Entre sus acciones, Hassan organizó la producción de videos que demostraban que Moore estaba vivo, participó en las negociaciones por el rescate y utilizó su hogar como base para las operaciones de los piratas.
Por otro lado, Mohamed, de 43 años, un oficial activo del ejército somalí, supervisó a los piratas que vigilaban a Moore. Tras el traslado del estadounidense en varias ocasiones, Mohamed continuó desempeñando un papel crucial en la situación de los rehenes, aprovechando su formación militar y experiencia para actuar como jefe de seguridad y encargado de las armas de los piratas, entre otras funciones.
“Hassan y Mohamed fueron actores claves” en la captura de Moore, y lo mantuvieron cautivo para “satisfacer su propia codicia”, dijo el fiscal Damian Williams. “Las sentencias de hoy demuestran nuestra determinación” al exigir el pago por sus crímenes “a quienes toman a estadounidenses como rehenes”, agregó.
El secuestro
El periodista independiente había viajado a Somalia en 2012 para investigar la piratería y conocer la economía somalí. Moore se encontraba conduciendo por la ciudad de Galcaio cuando fue interceptado por un grupo de hombres armados con fusiles de asalto y lanzagrandas, que lo secuestraron y sometieron a agresiones físicas.
Desde enero de 2012 hasta septiembre de 2014 permaneció Moore en manos de sus captores, que lo trasladaban de un sitio a otro, e incluso estuvo cautivo a bordo de un buque con otras víctimas. En varias ocasiones fue golpeado, encadenado y obligado a grabar videos para solicitar grandes sumas de dinero por su rescate.
Los captores dejaron en libertad al periodista tras el pago del rescate. Moore, en una entrevista a CNN, describió el secuestro como una “experiencia brutal” que no le desearía a nadie: “Tratan a los rehenes como si fueran ganado. Te alimentan solo lo suficiente para mantenerte con vida”, agregó la víctima.