El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia afirmó que, en el conflicto de Ucrania, cualquier escenario es posible debido a las acciones de Occidente.
Dmitri Medvedev dijo en una entrevista al canal de televisión Al Arabiya que “si el escenario de escalada continúa, no será posible excluir nada porque los países de la OTAN de hecho se han unido al conflicto”.
Según el alto funcionario del país eslavo, los países occidentales deben comprender que luchan del lado de Ucrania. En tal sentido, ratificó que no luchan sólo proporcionándoles armas y fondos a Ucrania, sino que están directamente involucrados en las operaciones militares, ya que identifican objetivos en Rusia y dirigen misiles de fabricación estadounidense y europea.
El político afirmó que las potencias de Occidente “están luchando contra Rusia y, en ese caso, no se puede descartar nada”, ha reseñado la agencia TASS.
El misil Oréshnik varía el curso del conflicto, asegura Medvedev
El uso del misil Oréshnik transforma el rumbo de la guerra en Ucrania, afirmó el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvedev, en una entrevista con Al Arabiya. Medvedev descartó que la aprobación de ataques al interior de Rusia pueda llevar a negociaciones de paz. En su opinión, el conflicto ucraniano solo podría terminar si la OTAN deja de alimentar la guerra.
El permiso otorgado por el actual mandatario estadounidense, Joe Biden, sostuvo, le deja al presidente electo Donald Trump un “pesado legado” en la crisis de Ucrania. Subrayó que Rusia no está contando ni con Trump ni con nadie en lo que respecta a la resolución del conflicto. “Confiamos solo en nuestras fuerzas y capacidad de defensa, y ganaremos el conflicto ucraniano”, afirmó.
El presidente ruso, Vladimir Putin, declaró el jueves que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN habían aprobado el uso de armas de precisión de largo alcance. Tras este anuncio, las instalaciones militares rusas en las regiones de Kursk y Bryansk fueron atacadas con misiles estadounidenses y británicos. En respuesta, Rusia lanzó su nuevo misil balístico de alcance intermedio, el Oreshnik, en un ataque no nuclear contra la planta de defensa ucraniana de Yuzhmash en Dnipro (anteriormente conocida como Dnepropetrovsk). Putin subrayó que las políticas provocadoras de Occidente podrían acarrear graves consecuencias si el conflicto sigue escalando.
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