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El ministro de Justicia aseguró que el Estado “tiene el control de los establecimientos penitenciarios”.
El ministro de Justicia de Chile, Jaime Gajardo, ha comentado sobre los hechos de violencia registrados recientemente en distintos centros penitenciarios del país que terminaron con el asesinato de internos. Aseguró que el Estado tiene el “control” de las cárceles y negó que la problemática esté vinculada con la presencia de bandas del “crimen organizado”. En lo que va de año se han perpetrado 42 homicidios en el interior de los penales.
“Nuestro país tiene el control de los establecimientos penitenciarios más allá de las críticas que han surgido estos últimos días”, manifestó el funcionario, quien admitió que las muertes les preocupan “profundamente”.
En ese sentido, afirmó que el Gobierno tiene que “tratar de disminuir la violencia al interior de los establecimientos penitenciarios”. “Son cifras que para nosotros son complejas, pero no son cifras vinculadas al crimen organizado”, aseguró, a la vez que dijo que en Chile “no pasa lo que ocurre en otros lugares de la región, donde hay ejemplos vinculados al crimen organizado, como serían las crisis carcelarias que viven países como Ecuador y Brasil”.
“En el país no se ha demostrado el ingreso del crimen organizado a los establecimientos penales donde el Estado luego tiene que retomar el control”, insistió el ministro.
Además, sostuvo que los asesinatos están relacionados con la “forma de relacionarse” de los internos. “Son personas que han cometido delitos, que en general, por el hecho de cometer delitos, su forma de relacionarse es una forma de relación violenta. Ellos tienden a resolver sus problemas a través de la violencia, por lo mismo están condenados por la comisión de delitos”, analizó Gajardo y agregó que “cuando aumenta la sobrepoblación, indudablemente es más riesgoso”.
Decapitado
La última muerte violenta en una cárcel de Chile se registró el 9 de diciembre en el centro penitenciario El Manzano, de la región del Biobío. Ese día, durante el conteo de los reclusos, las autoridades constataron la ausencia de Vincent González Aguirre, quien cumplía una condena de seis años por un delito de robo con violencia contra un exfuncionario de Carabineros. Su cuerpo fue hallado sentado, decapitado y con el número ‘666’ escrito con sangre en su espalda. Su cabeza estaba sobre un velador de la celda. La investigación apuntó a un supuesto rito satánico.
