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El pacto alcanzado en 2006 prohíbe a las empresas que comercializan soja adquirir granos de áreas deforestadas, lo que ha contribuido a frenar la expansión agrícola en tierras forestales.
La histórica moratoria de la soja, un acuerdo voluntario que desde 2006 ha sido esencial en Brasil para reducir la deforestación en la Amazonía, afronta graves amenazas, ya que parlamentarios y productores agrícolas buscan debilitar o eliminar las restricciones impuestas por el pacto.
Más de 60 organizaciones han publicado un manifiesto en defensa de esta moratoria, considerada un ejemplo de cómo se puede combinar la producción agrícola a gran escala con la responsabilidad ambiental.
Este pacto prohíbe a las empresas comercializadoras de soja adquirir granos que provienen de áreas deforestadas, lo que ha contribuido a frenar la expansión agrícola en tierras forestales.
Sin embargo, organizaciones como Greenpeace Brasil, WWF-Brasil y el Instituto Socioambiental (ISA) advierten que la eliminación de este acuerdo podría desencadenar un aumento significativo en la tala de los bosques.
Retrocesos importantes
Según advierte el manifiesto, si se elimina el pacto, ello podría traer consigo retrocesos importantes en las políticas de protección ambiental, afectando tanto a la Amazonía como a las iniciativas de preservación en todo el país.
Entre los riesgos mencionados, destacan aquellos asociados a proyectos de ley en discusión en el Congreso Nacional que pretenden eliminar incentivos fiscales para empresas que implementan criterios ambientales, promoviendo indirectamente el desmonte.
Asimismo, el documento califica de “irresponsables e ignorantes” los intentos de poner fin a la moratoria, especialmente en el contexto de las crisis climática y de biodiversidad.
“Hay una fuerte presión proveniente de los sectores más conservadores del agronegocio para eliminar todas y cada una de las restricciones a la agricultura depredadora. La moratoria de la soja es el tema candente y el ataque no cesará”, comentó Cristiane Mazzetti, coordinadora de la campaña de Bosques de Greenpeace Brasil.
Mazzetti instó a las empresas participantes a no ceder ante estas presiones y a no echar a perder “los resultados de 18 años de la moratoria” que ellas contribuyeron a construir.
“La deforestación cero es una demanda creciente del mercado y la moratoria es una medida fundamental en este sentido, que se suma al esfuerzo global para mantener el calentamiento del planeta en 1,5 ºC“, añadió.
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