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“Representaba una amenaza concreta contra la seguridad de los argentinos”, dijo la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
La ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, anunció este martes la detención de un ciudadano argentino acusado de ser un supuesto terrorista vinculado a la organización Estado Islámico*.
“Estamos demostrándole al mundo que estamos decididos a dar esta batalla contra estas amenazas globales en un operativo histórico, resultado de nueve meses de investigación exhaustiva”, anunció la funcionaria durante una rueda de prensa.
El operativo, agregó, comenzó en marzo a través de un “agente encubierto digital” que “logró información trascendente” para la captura de un hombre llamado David Nazareno Ávila, quien está acusado de difundir propaganda terrorista y de reclutar a jóvenes argentinos.
“Este terrorista representaba una amenaza concreta contra la seguridad de los argentinos, contra nuestra seguridad nacional, actuando también desde nuestro territorio”, dijo.
La funcionaria agregó que el detenido vivía en General Roca, al norte de la Patagonia argentina, en donde se convirtió al islam, y que poseía manuales para fabricación de explosivos, además de que en sus redes sociales contenía mensajes antisemitas.
“Pertenecía a una red global de odio y destrucción (…), frustramos sus planes antes de que pudiera causar daño”, aseguró.
Antecedentes
Bullrich se ha visto envuelta en varias polémicas porque en múltiples ocasiones ha anunciado la detención de “terroristas” que en realidad no lo eran.
A fines del año pasado, por ejemplo, durante el primer mes de Javier Milei como presidente, Bullrich presumió en una conferencia de prensa que un ciudadano sirio-colombiano y dos argentinos habían sido detenidos porque formaban parte de “una célula terrorista” que pretendía atacar a la comunidad judía.
Semanas después, los tres quedaron libres, ya que solo se trataba del profesor de ping pong Naem Chatay Chassan; el peluquero Ramón Alberto Domínguez; y el falso agente de inteligencia, Juan Manuel Ledesma, que nada tenían que ver con organizaciones terroristas.
Después, acusó a “veganos extremistas y anarquistas” de haber enviado una “carta-bomba” al presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino. El único detenido, Alberto Santiago Soria, que luego fue liberado, derrumbó su tesis: tenía una milanesa y un pollo congelado en la heladera. No era vegano, ni extremista, ni anarquista.
En abril pasado, además, provocó un conflicto diplomático cuando aseguró, sin pruebas, que había agentes terroristas iraníes en Bolivia y en Chile. Luego se disculpó con el Gobierno de Gabriel Boric, pero al de Luis Arce decidió ignorarlo.
Antes, durante el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), cuando Bullrich ejerció por primera vez como ministra de Seguridad, anunció la detención de dos “terroristas” que al final resultaron ser los artistas chilenos Gabriela Medrano y Felipe Zegers que sólo habían olvidado una maleta en un hotel.
*Reconocido como grupo terrorista en Rusia y prohibido en su territorio.