Publicado:
Los hielos de la mayor isla del mundo albergan una base militar estadounidense abandonada con residuos radiactivos.
Las reclamaciones sobre Groenlandia del presidente electo estadounidense Donald Trump han reavivado en las últimas semanas el debate sobre los residuos radiactivos abandonados hace décadas en la isla por EE.UU.
Si Trump no renuncia a sus pretensiones sobre la isla más grande del mundo, EE.UU. “heredaría un dilema ecológico de su propia autoría” en forma de base militar abandonada que se alimentaba con energía nuclear, informa Politico.
Se trata de Camp Century, una base militar estadounidense construida a unos 1.500 kilómetros al norte de la ciudad de Nuuk, en plena Guerra Fría, como parte de un proyecto de desarrollo de bases de misiles nucleares que pudieran resistir ataques soviéticos.
La base fue construida en 1959 por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU., que excavó una red de túneles dentro de la capa de hielo cercana a la superficie. En 1967 fue abandonada por inviable debido al desplazamiento de los hielos. Aunque el reactor fue desmantelado y retirado junto con su cámara de reacción nuclear, miles de toneladas de desechos y de escombros, incluidos residuos radiactivos y combustible diesel, quedaron atrás. Desde entonces la nieve y el hielo se han acumulado en el lugar, quedando la estructura a unos 30 metros por debajo del suelo, según distintas estimaciones.
El sitio habría caído en el olvido de no haber sido por el calentamiento global y el derretimiento de hielos asociado al fenómeno. De hecho, un estudio de 2016 sugería que los restos de Camp Century podrían llegar a la superficie al final de este siglo.
Esa revelación causó una tormenta política en Groenlandia, nación constituyente de Dinamarca autogobernada desde 1979 y excluida en su tiempo de la toma de decisión que hizo posible la base estadounidense.
“No conocemos la naturaleza de lo que hay ahí debajo”
William Colgan, profesor de glaciología y clima en el Servicio Geológico de Dinamarca que dirigió el estudio del hielo de Camp Century, llevó a cabo perforaciones profundas en el lugar para analizar su radiactividad, a petición del Ministerio danés de Sanidad. Sin embargo, su equipo, que temía perturbar demasiado el lugar, no logró encontrar partes de la base que albergan combustible. “De verdad, no conocemos la naturaleza completa de lo que hay ahí debajo”, reconoció.
La zona de Camp Century podría generar un foco de contaminación medioambiental si el hielo y la nieve derretidos llevan residuos tóxicos al océano. También podría ocurrir un desastre ecológico si el hielo que alberga la base se desprende y acaba formando un ‘iceberg’, detalló el glaciólogo.
Por su parte, Pipaluk Lynge, miembro del mayor partido groenlandés y presidenta del comité de política exterior del Parlamento isleño, reveló al medio que la población local está “preocupada por la posible contaminación a medida que se derrite el hielo”. En lo que se refiere a otras bases abandonadas, indicó que “hay muchos lugares donde han dejado toneladas de desechos“.
- A finales de diciembre, Trump afirmó que “para los objetivos de seguridad nacional y libertad en todo el mundo, Estados Unidos considera que la posesión y el control de Groenlandia son una necesidad absoluta“.
- Posteriormente, el presidente electo declaró que Dinamarca debería renunciar a Groenlandia en favor de EE.UU. para garantizar la protección del “mundo libre”, alegando que hay buques de China y Rusia “por todas partes”. Asimismo, dejó claro que no se comprometía a no recurrir a la coerción económica o militar para lograr sus objetivos.
- En respuesta a las declaraciones de Trump, el primer ministro de Groenlandia, Múte Egede, declaró que la isla no está a la venta y nunca lo estará.
