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El nuevo presidente de EE.UU. ha pasado de ser un vehemente crítico de las criptodivisas a uno de sus más entusiastas partidarios. Su campaña electoral para el segundo mandato fue un momento determinante en su postura, esbozando ambiciosos planes que serán decisivos para el futuro de este mercado.
En un cambio radical, Donald Trump ha pasado de ser un duro crítico y escéptico de las criptodivisas a un firme partidario de las mismas. Su relación de amor-odio con los activos digitales ha evolucionado hacia un apoyo entusiasta, reflejado en sus promesas electorales de 2024 y en su implicación directa en el mercado.
Las opiniones iniciales del nuevo inquilino de la Casa Blanca sobre las criptodivisas estaban lejos de ser favorables. En 2019, descartó el bitcóin y otras monedas digitales, citando preocupaciones sobre su volatilidad y potencial mal uso. “No soy un fan del bitcóin y otras criptodivisas que no son dinero y cuyo valor es altamente volátil y basado en el aire”, comentó entonces en su cuenta de Twitter.
La postura crítica del líder republicano se mantuvo relativamente constante, afirmando que los criptoactivos no regulados podían facilitar comportamientos ilícitos, como el tráfico de drogas y otras actividades ilegales. Su escepticismo no se limitaba al bitcóin, sino que se extendía a todo el mercado y a las monedas digitales emergentes.
NFT y ‘criptogurús’
La perspectiva de Trump y su séquito comenzó a cambiar para finales del 2022, mientras anunciaba su candidatura a la presidencia. Uno de los primeros acercamientos del magnate al mundo de los activos digitales correspondió al éxito de su empresa de tókenes no fungibles (NFT, por sus siglas en inglés), que obtuvo ingresos millonarios. Trump vio en este mercado una forma de cortejar a la comunidad de criptomonedas.
Como candidato presidencial, Trump lanzó tarjetas digitales coleccionables con su imagen a un precio de 99 dólares la unidad. Los 45.000 NFT que se pusieron en venta se agotaron en tan solo doce horas. El político republicano prometió a quienes compraran una que tendrían la “oportunidad automática de ganar premios increíbles“, como cenas con él, partidos de golf o autógrafos.
Otro momento clave en la relación de Trump con las criptodivisas se produjo en el momento álgido de su campaña al segundo mandato, cuando personajes como Elon Musk, Robert F. Kennedy Jr. y Howard Lutnick –todos ellos gurús en el mundo de las criptomonedas– empezaron a cobrar importancia en el colectivo trumpista. Ante la necesidad de aliados poderosos, Trump se habría visto obligado a hacer grandes promesas relacionadas con este sector, según indica la cadena CNBC.
La “era dorada” de las criptomonedas
Para 2024, Trump ya había abrazado plenamente al movimiento criptográfico. Durante su campaña, esbozó ambiciosos planes para impulsar el sector, entre ellos, establecer una Reserva Nacional de Bitcóin, medida destinada a reforzar la soberanía financiera de EE.UU. y transformar a su país en una “superpotencia de las criptomonedas”, proponiendo incentivos fiscales para las ‘startups’ de ‘blockchain’ y ampliando las operaciones de minería de criptodivisas.
De igual forma, días antes de su investidura, el republicano y su esposa lanzaron los ‘memecoins’ $TRUMP y $MELANIA. Estos tókenes han ganado una tracción significativa entre sus partidarios, añadiendo un toque personal a su ‘criptodefensa’.
Asimismo, el precio del bitcóin se ha disparado por encima de los 109.000 dólares en medio de especulaciones sobre políticas favorables para las criptomonedas bajo una Administración Trump. Otros tókenes como ether y dogecoin también registraron ganancias significativas.
Según Charles Cascarilla, CEO y cofundador de Paxos, una plataforma ‘blockchain’ con sede en Nueva York, la llegada del republicano a la Casa Blanca crea “una oportunidad real para una era de oro de las criptomonedas”. “La campaña de Trump tuvo un tema cripto real alrededor de ella, y hay una sensación de que toda esa demanda reprimida podría ser desatada por EE.UU. y convertir a EE.UU. en un líder de algo que ha sido atrasado”, comentó a la revista Fortune.
Cuestionamientos éticos
Por otro lado, distintos expertos han advertido de los problemas éticos que conlleva el empuje que la Administración Trump le está dando a las criptodivisas. Los críticos han planteado cuestiones éticas sobre el momento del lanzamiento de la moneda $TRUMP, sugiriendo que podría constituir un conflicto de intereses y un vehículo potencial para la influencia indebida de intereses especiales.
“Cualquier persona a nivel mundial, incluso individuos que han sido sancionados por EE.UU. o prohibidos en nuestros mercados de capitales, ahora pueden comerciar y beneficiarse de $TRUMP a través de diversas plataformas no reguladas”, escribió la congresista demócrata Maxine Waters, líder del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes.
Algunos temen que las criptopolíticas de Trump favorezcan a empresas selectas o carezcan de salvaguardias adecuadas para evitar el fraude. Los escépticos creen que, sin una regulación equilibrada, el sector corre el riesgo de convertirse en un caldo de cultivo para la especulación y las estafas.
Por ahora, los inversionistas y adeptos de las divisas digitales están observando de cerca, ya que cualquier política del nuevo mandatario estadounidense podrían definir la trayectoria futura de este mercado.