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La Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó una reforma que deja sin efecto el uso de la criptodivisa como moneda de curso legal.
El Salvador, que hizo historia al convertirse en el primer país en adoptar el bitcóin como moneda de curso legal, ahora marca otro hito al dar marcha atrás en su implementación.
La víspera, la Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó una reforma a la Ley Bitcóin que deja sin efecto su uso como moneda oficial, una de las solicitudes del Fondo Monetario Internacional (FMI) para desembolsar al país centroamericano un crédito de 1.400 millones de dólares. El organismo internacional puso como fecha límite el último día de enero.
Los diputados del partido oficialista Nuevas Ideas, que tienen mayoría en el Parlamento, modificaron seis artículos y derogaron tres de los 16 que tenía la ley, vigente desde junio de 2021, cuando El Salvador reconoció el bitcóin como moneda de curso legal con el objetivo de promover la inclusión financiera y facilitar la remesas.
La implementación del bitcóin generó interés internacional, atrajo a inversores potenciales y elevó el perfil turístico del país, según afirmó el Gobierno de Bukele. Para facilitar su uso, la administración salvadoreña lanzó la billetera digital Chivo y ofreció un incentivo de 30 dólares en bitcóin a los ciudadanos que la descargaran.
Incertidumbre económica
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos gubernamentales, la criptomoneda nunca logró consolidarse en la economía salvadoreña. Según una encuesta de la Universidad Centroamericana (UCA), que recoge la prensa local, el 88 % de la población no utilizó bitcóin en 2023, lo que refleja su baja aceptación en el comercio y entre la ciudadanía.
Además, el impacto económico de la medida fue cuestionado. Datos del Banco Central de Reserva (BCR) indican que, en 2023, más de 55.000 salvadoreños se encontraban en situación de pobreza, lo que elevó el total de personas afectadas a 1,9 millones.
Asimismo, a pesar de la falta de pronunciamiento por parte del gobierno, medios locales expusieron casos de corrupción relacionados con la adopción del bitcóin, entre ellos, la creación de cuentas falsas para obtener de manera fraudulenta el bono de 30 dólares.
La volatilidad de la criptomoneda y las preocupaciones de las instituciones financieras internacionales, como el FMI, provocaron incertidumbre económica. De hecho, el Fondo instó en reiteradas ocasiones a El Salvador a adoptar medidas para mitigar los riesgos de la criptomoneda y pidió revertir la decisión de adoptarla como divisa de curso legal.
En diciembre pasado, no obstante, el Gobierno de El Salvador quiso asegurar el préstamo del FMI y acordó modificar su postura. Entre los cambios más relevantes se estableció que su uso en el sector privado sería voluntario, se limitaría la participación estatal en actividades vinculadas a la criptomoneda y se reduciría la compra de bitcoines por parte del gobierno.
Bukele, muy activo en las redes sociales y quien durante años resaltó sin descanso los beneficios para El Salvador del bitcóin, no se ha pronunciado acerca de esta nueva decisión.
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