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La intensidad de la operación militar estadounidense dejó un rastro de destrucción y centenares de panameños muertos.
El barrio El Chorrillo, en Panamá, es hoy conocido como el Barrio Mártir y trae a la memoria la invasión armada del 20 de diciembre de 1989 por parte de EE.UU., que dejó un rastro de destrucción y centenares de panameños muertos.
Este lugar se ha convertido en un símbolo de resistencia de los panameños, que recuerdan ese día con horror.
“Mi mamá lo que hizo fue decirnos que nos refugiáramos debajo de una mesa, porque el intenso bombardeo hacía que el edificio que está a mis espaldas, que es el más alto en El Chorrillo, se estremeciera de un lado a otro, y a tal nivel que se estremecía, que caían los ventanales como si fueran una gran alfombra. O sea, era todo tan confuso, tan intenso, que lo poco que podíamos escuchar de mi mamá era que se pusieran la ropa”, recuerda el profesor universitario Ernesto Fitzroy Hay.
La intensidad de la operación militar que lanzó aquella madrugada EE.UU. para invadir Panamá con el objetivo de derrocar al Gobierno dejó la zona “totalmente destruida” y cientos de personas muertas. “Habían cadáveres, gente carbonizada, el lugar estaba todo incendiado, todo destruido”, detalla Fitzroy.
El uso de armas de fuego, politraumatismos y carbonización son lo que indican las actas de defunción que se encuentran en las oficinas de la Comisión 20 de Diciembre de 1989, creada en 2016 para custodiar la memoria de una historia que Washington quiere ocultar. Por su parte, los familiares de los muertos y desaparecidos exigen que no se oculte la verdad y piden justicia por lo ocurrido.
“Ellos seguirán hablando como hablan, que esos son daños colaterales y se olvidan que son personas. Entonces, aquí esos actos de guerra injustificados que han ocurrido a lo largo de la historia muchas veces quedan así nada más para el recuerdo. No es muy común que los Estados Unidos reconozcan sus errores militares“, asegura Rolando Murgas, presidente de la comisión.