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Durante su traslado al país centroamericano las autoridades migratorias estadounidenses los mantuvieron esposados y encadenados.
“Nos tratan mal”, fueron las palabras de uno de los primeros deportados que llegó a El Salvador, procedente de EE.UU., al referirse a las condiciones en las que fueron trasladados de regreso a su país y a la actuación de las autoridades migratorias estadounidenses.
Un hombre, que permaneció en el anonimato, le relató a una periodista de El Día que en durante el viaje los deportados fueron enviados junto a personas con antecedentes delictivos.
“Nos mezclaron con un montón de pandilleros, uno va huyendo de ellos, y ahí nos tenían con pandilleros”, agregó.
“Mire como traigo las muñecas”
Según su testimonio, fueron esposados de manos y pies durante las 15 horas que duró el trayecto terrestre y aéreo. “Mire cómo traigo las muñecas”, dijo.
El entrevistado manifestó que le pusieron “los grilletes hasta abajo, bien apretados“.
Su traslado se inició en un autobús dentro del territorio estadounidense, en el que viajó por siete horas encadenado. Luego fue subido a un avión, que salió del estado de Texas, y donde siguió en las mismas condiciones hasta poco antes de aterrizar.
Del mismo modo, manifestó que había condiciones precarias en las instalaciones donde permanecían retenidos hasta salir de EE.UU. y que los baños solo tenían “agua hirviendo”, lo que hacía imposible tomar una ducha, además de que la comida era escasa.
- Una situación similar fue denunciada por deportados brasileños que llegaron a su país esposados y que refirieron maltratos, agresiones y amenazas por parte del personal migratorio estadounidense. Esto generó una queja formal de Sao Paulo a Washington.
- En el caso de Colombia, el traslado de los deportados generó un zanjado ‘impasse’ entre ambos gobiernos debido a que Bogotá se negó a recibirlos si no llegaban a su país en condiciones dignas.