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El vuelo de GlobalX, que trasladaba a 88 brasileños esposados, no alcanzó su destino y aterrizó en Amazonas por un problema técnico y sin aire acondicionado a bordo.
La aerolínea chárter GlobalX Air, que se halla en el centro de una agria polémica por el traslado de migrantes brasileños deportados de Estados Unidos en condiciones denigrantes, es una de las piezas principales en el plan del presidente Donald Trump para expulsar a millones de extranjeros en situación irregular, siendo uno de los contratistas del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de EE.UU. para efectuar estos vuelos, reporta Bloomberg.
Aviones de su flota, compuestos por 18 Airbus, incluidos A319 y A320, transportaron a los deportados por la nueva Administración de EE.UU. a Guatemala y Honduras, pero fue el vuelo a Brasil del pasado 24 de enero el que desató un debate regional sobre las condiciones en las que EE.UU. trasladaba a los migrantes ilegales a sus países de origen.
Aquel día, el Airbus A320 de GlobalX experimentó fallos mecánicos, incluso antes de partir de EE.UU. rumbo a Belo Horizonte, y no pudo completar varios intentos del despegue. Durante el vuelo, hubo desmayos por calor extremo entre los deportados, que iban esposados, ya que el aire acondicionado no funcionaba.
Fue tal la desesperación de los pasajeros, que lograron abrir dos salidas de emergencia y pidieron ayuda a gritos cuando el avión aterrizó en Manaus, en el estado de Amazonas, por un nuevo problema técnico. Tras el caos en la pista, la Policía brasileña intervino y escoltó a los deportados fuera del avión.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, encargó el traslado de los connacionales hasta su destino final a la Fuerza Aérea brasileña, al tiempo que condenó las condiciones inhumanas del trayecto. La situación también generó tensiones diplomáticas entre Brasil y EE.UU.
“Rezamos a Dios”
El polémico vuelo afectó a 88 brasileños deportados, entre los que se encontraba Cheila Souza, una profesora de 44 años del estado de Rondonia, que relató a Bloomberg cómo un mecánico se pasó horas intentando arrancar los motores antes del despegue desde Luisiana.
Después de una parada en Panamá para repostar combustible, la tripulación volvió a tener problemas para arrancar los motores, dejando a los pasajeros a bordo sudando en medio del calor caribeño. Cuando el vuelo continuó su viaje, la aeronave volaba con fuertes inclinaciones, inclinada de un lado, recordó Souza. “Rezamos a Dios para que tuviera piedad”, comentó.
Brasil denunció el trato “degradante” de sus ciudadanos y se ha comprometido a monitorear en tiempo real los futuros vuelos de deportación, mientras que GlobalX se abstiene de hacer comentarios al respecto, esgrimiendo que esa es la política de la compañía en relación con los vuelos chárter.
Cinco aviones fuera de servicio
En 2023, la aerolínea reportó una pérdida neta de 21 millones de dólares y aún no ha logrado generar ganancias. Su presidente ejecutivo, Chris Jamroz, reconoció durante una conferencia sobre los resultados del tercer trimestre que en septiembre se detectaron “desafíos imprevistos de mantenimiento“, debido a las “severas condiciones meteorológicas, múltiples choques con aves y daños de un proveedor externo”.
Estos problemas de mantenimiento dejaron fuera de servicio a cinco aviones, aunque cuatro de ellos volvieron a estar operativos para principios de octubre. Jamroz destacó como algo “absolutamente sin precedentes” que una aerolínea pierda “más de un tercio de su flota en un solo mes”.
Pese a los aparentes problemas de carácter técnico, la aerolínea se comprometió a dedicar aproximadamente la mitad de su flota para el cumplimiento de los recién firmados contratos gubernamentales, señala Bloomberg.