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El sujeto de 37 años fue ejecutado por medio de una inyección letal en una penitenciaría de Texas.
Un hombre estadounidense condenado a muerte por asesinar a un pastor religioso en 2011 fue ejecutado este miércoles por medio de una inyección letal en Texas y pronunció unas escalofriantes últimas palabras antes de su fallecimiento, informa AP.
Steven Lawayne Nelson, de 37 años, fue condenado por el asesinato del reverendo Clint Dobson, quien fue golpeado, estrangulado y asfixiado con una bolsa de plástico durante un robo en la iglesia bautista NorthPointe de la ciudad texana de Arlington.
Mientras esperaba a ser ejecutado en la penitenciaría estatal de Huntsville, el reo pasó sus últimos momentos de vida hablando con su esposa, Helene Noa Dubois, quien lo miraba desde una ventana a poca distancia junto a su perro.
“No tengo miedo”
Poco antes de que se le suministrara la inyección letal, el recluso dijo: “Es lo que hay”, recomendándole a su pareja, con quien se casó hace dos semanas, “disfrutar de la vida”. “No tengo miedo. Estoy en paz. Vamos, director“, expresó Nelson al momento en que se le inyectó el líquido mortal. “Déjame dormir”, continuó.
Mientras la dosis letal de pentobarbital recorría su organismo, se escuchó al hombre pronunciar la palabra “amor” dos veces antes de convulsionar brevemente.
Nelson tenía un largo historial de problemas legales y arrestos que comenzaron a la corta edad de 6 años. Había pedido clemencia alegando que solo había hecho de vigía durante el robo en la iglesia y culpó a otros dos hombres del asesinato del pastor. Mientras esperaba el juicio, fue acusado de matar a otro recluso, crimen por el que nunca fue juzgado.
Se trata de la segunda ejecución que se lleva a cabo en Estados Unidos este año y la primera de las cuatro programadas en Texas para los próximos tres meses.