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Un equipo internacional de investigadores reveló sobre los importantes aportes científicos que obtendrán cuando las muestras recolectadas por el róver Perseverance sean traídas a la Tierra.
Los restos de meteoritos que llegaron a la Tierra procedentes de Marte son las únicas muestras que, hasta el momento, los científicos pueden usar para comprender sobre algunas características del planeta rojo.
El róver Perseverance de la NASA ha recolectado por primera vez fragmentos de rocas, regolito y sedimentos del cráter Jezero, desde que aterrizó allí en febrero de 2021. Este antiguo lecho de lago de 45 kilómetros de ancho se ubica en el borde occidental de la llanura Isidis Planitia, al norte del ecuador de Marte.
La importancia de las muestras
Un equipo internacional de investigadores resaltó en un artículo publicado en el Journal of Geophysical Research: Planets los importantes aportes científicos que se obtendrán una vez que esas muestren sean traídas a la Tierra.
Libby Hausrath, profesora de la Universidad de Nevada en Las Vegas, indicó que estas muestras ayudarán a la comunidad científica a “aprender más sobre Marte” y acerca de nuestro planeta, puesto que la superficie marciana “es generalmente mucho más antigua que la superficie” terrestre.
Los especialistas subrayaron que, con el estudio de las muestras, podrán adquirir información relacionada con la historia geológica de Marte de hace 4.000 millones de años, así como de los cambios en los patrones del clima. También comentaron que podrán determinar si alguna vez fluyó agua en el cráter Jezero, además de confirmar la existencia de microorganismos y entornos habitables.
Ayudar a las futuras misiones tripuladas
Por otro lado, los datos proporcionados por el Perseverance permitirán a los científicos estimar los posibles desafíos a los que se enfrentarían los astronautas que viajarán al planeta rojo.
Se tiene previsto que las muestras recolectadas por el explorador marciano sean enviadas a la Tierra, a bordo de una nave espacial, entre 2035 y 2039. De acuerdo con los investigadores, el conjunto de 43 muestras de roca y suelo incluirá cinco tubos testigo para comprobar si existe una posible contaminación.
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