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El bloque, que gastó casi 99.000 millones de dólares en ayuda exterior en 2023, priorizará “intereses estratégicos” con su programa de asistencia, según un documento de la Comisión Europea.
La Unión Europea reconsiderará su amplio programa de asistencia financiera al extranjero para ajustarlo mejor a sus intereses políticos en medio de las restricciones presupuestarias, el creciente gasto militar y la amenaza de aranceles desde Estados Unidos, informa Bloomberg.
Conforme a un borrador de la iniciativa citado por la agencia, la Comisión Europea busca un enfoque más transaccional, utilizando la ayuda para “asegurarse intereses estratégicos”, reforzar alianzas y garantizar el acceso a materias primas críticas, manteniendo al mismo tiempo su reputación de “socio fiable”.
En el documento, que todavía es sujeto a cambios, se indica que el fondo común, que tradicionalmente ronda el 1 % del PIB comunitario, se encuentra sobrecargado ante un conjunto de necesidades que incluyen la transición verde y la defensa.
La UE es el mayor proveedor mundial de ayuda exterior, con un gasto de casi 96.000 millones de euros (99.000 millones de dólares) en 2023, comparado con el de 72.000 dólares por parte de EE.UU.
Compitiendo con el país norteamericano y China como principal donante mundial, la UE pretende ampliar su influencia en regiones ricas en recursos como África y Sudamérica, señala el medio.
Según Bloomberg, el bloque presentará en las próximas semanas propuestas para reestructurar su programa de ayuda exterior, centrándose en afinar su presupuesto septenal para el periodo comprendido entre 2028 y 2034.
El plan de la Comisión Europea está siendo elaborado luego que el presidente estadounidense Donald Trump anunciara la congelación casi total de la ayuda financiera al exterior, dada la corrupción y los gastos descontrolados de la USAID, la principal herramienta de financiación de los programas de ayuda de Washington.
