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Desde el polémico consejo de ministros televisado, los titulares del gabinete han ido dejando sus cargos en medios de reproches y advertencias.
Una nueva lectura sobre la razón de las disputas internas en su gabinete fue asomada por el presidente de Colombia, Gustavo Petro. Y es que el experimento de su reunión televisada del consejo de ministros desató una desbandada de los integrantes más cercanos de su Gobierno, que han expresado en sus cartas de renuncia que continuarán sus luchas por otros derroteros políticos.
En una extensa interacción, el mandatario escribió: “un gabinete no debe ser una lucha por los votos del pueblo” porque “se daña así el Gobierno y el pueblo”. Con estas afirmaciones, Petro sitúa los reproches hechos durante la reunión ministerial del pasado 4 de febrero, como parte de la pugna electoral entre quienes aspiran obtener cargos de elección popular en los comicios presidenciales y legislativos de 2026.
“Hay un tiempo para cada cosa (…) Y menos debe haber una lucha furiosa entre quienes deben es aliarse. De nuevo, caemos en el error que no puedo permitir de romper el campo democrático y popular”, expresó el líder del gobernante Pacto Histórico.
Los dardos en la reunión del tren ministerial fueron de lado y lado. Mientras algunos ministros, como Susana Muhamad, y la vicepresidenta, Francia Márquez, criticaron la inclusión del exembajador Armando Benedetti y de la canciller Laura Sarabia en Gobierno, Petro reprobó la eficacia de sus altos funcionarios en la solución de problemas de las comunidades.
En opinión de los principales y más cercanos colaboradores de Petro, su mandato está separándose de la visión con la que fue concebido, mientras avanzan las “dobles agendas“, “el chantaje” y los “entrampamientos permanentes” que buscan “socavar al proyecto político” con raíz progresista y de izquierda, cuyo triunfo signó un cambio histórico en Colombia. Estas advertencias trajeron como consecuencia el progresivo desmembramiento de su tren ministerial.
Un “frente más amplio”
En su publicación, Petro alertó sobre la posibilidad de que la derecha nuevamente gobierne en el país suramericano. La afirmación no es gratuita. La precandidata que representa ese sector, Vicky Dávila, se posiciona como una de las principales contendientes del futuro abanderado del Pacto Histórico para ocupar la Casa de Nariño.
“Si el fascismo y sus nazis vuelven al poder en Colombia derramarán mucha sangre del pueblo y de sus jóvenes, como lo hicieron en 1933 en Alemania, o en 1936 en España, o en 1922 en Italia, o en en 1946 en Colombia”, alertó Petro.
En medio de la fragmentación en tiempo real que ocurre en su propio Gobierno, el mandatario considera que es un “deber” la “unidad de las fuerzas democráticas”. “El ego individual, o el tribalismo, o el ego de grupo sectario, no puede impedirlo“, añadió.
Con esta determinación, pareciera que Petro ha alentado la implosión de su Gobierno desde sus entrañas, al pedir la renuncia protocolaria de todos sus ministros. Bajo su punto de vista, solo la conformación de un “frente más amplio”, compuesto de “fuerzas populares y democráticas, unidas en su diversidad” podrá garantizar “la victoria” nuevamente para “profundizar la transición democrática y pacífica de Colombia”.
En esa línea, continuó su reflexión: “Aquí no hay más alternativa que vencer: unos en la política callejera uniendo al pueblo, y otros aquí cumpliendo el programa que beneficiará al pueblo y sus jóvenes y, rompiendo a fondo, los mecanismos de las mafias dentro del Estado: la corrupción”.
Un futuro incierto
El panorama electoral venidero en Colombia aún es incierto. Sin embargo, al bloque del Pacto Histórico le ha costado impulsar las reformas y propuestas de leyes promovidas por Petro en el Congreso, debido a que varias fracturas han mellado las bases de esa coalición.
Algunos analistas perciben la cuestionada presencia de Benedetti en el gabinete como una reedición de su papel de jefe de campaña de Petro, cuando buscó sumar adherencias de otros movimientos políticos tradicionales y más alejados de la izquierda. Sin embargo, cuestionan la fragilidad de esta alianza debido a los escándalos protagonizados por el exembajador, donde incluso resultó salpicado el presidente, al que vinculó con dineros ilícitos en su campaña.
Si bien 2025 es considerado como un año preelectoral, algunos dirigentes políticos ya han asomado su voluntad de medirse en las venideras elecciones. Por el Pacto Histórico, los medios barajan la posibilidad de que la actual vicepresidencia se postule como candidata presidencial, sin embargo, esto no ha sido confirmado por ella, que tendría que salir del Gobierno antes de mayo para no ser inhabilitada.
Por otra parte, el exministro del Interior Juan Fernando Cristo, que también renunció de manera “irrevocable” al Ejecutivo, también suena como posible aspirante presidencial por el Partido Liberal, lo que tampoco ha sido precisado por él.
