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El jefe de la diplomacia rusa enfatizó que para resolver la crisis ucraniana hace falta eliminar sus causas fundamentales.
El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ha declarado este miércoles que la idea de simplemente congelar el conflicto en la línea de contacto no es viable, ya que la gente de habla rusa que se quedaría en el lado ucraniano sufriría por las “leyes racistas” del régimen de Kiev.
Por esta razón, el planteamiento de desplegar en suelo ucraniano algún tipo de tropas —como lo pretende hacer París y Londres, según su visión de garantías de paz para Kiev— es una “propuesta vaga”, dijo.
Lavrov dejó claro que “lo principal” para resolver el conflicto es “eliminar sus causas fundamentales”. En este sentido, explicó que el problema no tiene que ver con “la ausencia de fuerzas de paz” en Ucrania, sino con el deseo de “arrastrar” al país eslavo a la OTAN con el fin de crear en su territorio una infraestructura militar dirigida contra Rusia; además del “exterminio total de los derechos de los rusos y de los rusohablantes” que residen allí.
“Ucrania debe liberarse de las leyes racistas”
Lavrov hizo referencia a algunas de las propuestas de congelación del conflicto que proponen “dejar la línea de contacto“, dividiendo los territorios entre Rusia y Ucrania.
“En primer lugar, esto no sucederá: tenemos la Constitución basada en la expresión de la voluntad del pueblo. Y en segundo lugar, lo que queda de Ucrania también debe liberarse de las leyes racistas”, aseveró. “Allí también hay personas a quienes les resulta más cómodo hablar el idioma ruso y las que desean preservar las tradiciones de sus antepasados, que se criaron dentro de la cultura rusa”, hizo hincapié el ministro.
“Por lo tanto, los mecanismos tan simples como el despliegue de tropas [en Ucrania] no servirán. Tendremos que hablar de las causas fundamentales”, reiteró.
