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El mandatario peruano le respondió a una empresaria que le ofreció el calzado que tenía expuesto que se llevaría un par de zapatos que se amarrarán solos, lo que provocó la risa de las personas que se encontraban en el lugar.
Durante una visita a un centro de innovación tecnológica del sector del calzado en la ciudad de Trujillo el lunes, el presidente de Perú, Pedro Castillo, bromeó sobre el incidente en el que se vio envuelto el pasado 12 de agosto, cuando dos policías le ataron los cordones de los zapatos.
“Me voy a llevar uno que se amarre solo”, fue la respuesta que dio el mandatario peruano a una empresaria que le ofreció el calzado que tenía en exhibición en la sala de capacitaciones del Centro de Innovación Productiva y Transferencia Tecnológica del cuero y el calzado en Trujillo. El comentario causó la risa de los presentes, entre los que se encontraban el ministro de la Producción, Jorge Prado Palomino, el gobernador de la región de La Libertad, Manuel Llempén Coronel, y el director del Instituto Tecnológico de la Producción (ITP), Pablo Robles Soria. Castillo finalmente eligió unos zapatos color café.

Posteriormente, el jefe de Estado se reunió con empresarios del calzado y el cuero del departamento de La Libertad, donde declaró que se fabricarían alrededor de cinco millones de pares de zapatos para ser entregados a escolares peruanos. Asimismo, instó al Ministerio de la Producción a elaborar el expediente técnico para la construcción del Parque Industrial de Trujillo, cuyo terreno será adquirido por las autoridades de La Libertad.
El 12 de agosto, Pedro Castillo protagonizó una polémica escena durante una visita oficial a la región septentrional de San Martín. El mandatario y la primera dama, Lilia Paredes, caminaban por las calles protegidos por un numeroso contingente policial cuando a Castillo se le desataron los cordones de los zapatos y dos efectivos de la Policía Nacional se agacharon para atárselos.
El hecho, que quedó grabado en video, generó una ola de críticas hacia Castillo, quien, según la opinión pública, mostró una falta de respeto hacia los oficiales. De la misma manera, la Defensoría del Pueblo de Perú se pronunció al respecto a la situación, manifestando su indignación por la actitud del presidente del país.
Por su parte, el propio Castillo no tardó en comentar la incómoda situación, asegurando que en ningún momento “pidió” u “obligó” a los agentes a atarle los cordones. Según sus palabras, fue un gesto de buena voluntad destinado a evitar a que su lumbalgia se “recrudezca”.
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Extraído de RT