Ica experimenta un notable descenso en sus temperaturas, pasando de los sofocantes 36°C a un más soportable rango de 32°C a 33°C. Este cambio, que contrasta con el calor extremo vivido previamente, se produce en un contexto en el que el Senamhi ha anunciado el fin de una significativa ola de calor en Lima y Callao, tras 36 días consecutivos de temperaturas elevadas.
Durante el mes de febrero, Ica enfrentó temperaturas cercanas a los 37°C, con sensaciones térmicas rozando los 40°C, una situación extrema para los residentes de la región. Aunque Ica no cuenta con un anuncio oficial sobre el término de su propia ola de calor, los últimos pronósticos muestran una disminución en las temperaturas, acercándose al promedio típico de los veranos en la zona.
La atención se centra ahora en el descenso de la sensación térmica, que ha bajado hasta los 23°C, marcando un alivio considerable para los ciudadanos. El promedio general del clima en Ica se sitúa en 32.9°C, según datos del Senamhi.
En un contexto más amplio, el Senamhi destacó el término de la ola de calor diurna más extensa registrada en Lima durante este verano, señalando la influencia de fenómenos como El Niño Costero en las altas temperaturas del mar y, consecuentemente, en el clima de la región.
El impacto de estas temperaturas elevadas se sintió tanto en el día como en la noche, con Callao experimentando una ola de calor nocturna de 34 noches seguidas. Sin embargo, se anticipa que, tras la segunda quincena de marzo, las temperaturas comenzarán a descender gradualmente, marcando el inicio de la transición hacia el otoño.
Estos eventos climáticos, caracterizados por periodos sostenidos de calor extremo, ponen de manifiesto la variabilidad y los retos que el cambio climático y fenómenos asociados como El Niño Costero presentan para la región, subrayando la importancia de la adaptación y la preparación ante estas fluctuaciones.
Según informaciones del Senamhi, la reciente ola de calor en Lima y Callao ha concluido debido a la influencia del Anticiclón del Pacífico Sur. Este fenómeno de alta presión atmosférica tiene un papel significativo sobre el océano Pacífico, promoviendo la estabilidad de condiciones atmosféricas que resultan en aire más seco y frío, particularmente sobre la costa peruana. Esto ocurre a través de la dirección de los vientos alisios, que soplan de este a oeste, permitiendo que la fría corriente de Humboldt alcance las costas peruanas.
El mencionado anticiclón es un factor determinante para el clima sumamente seco del desierto del Pacífico, abarcando tanto el desierto de Atacama en el norte de Chile como el desierto costero en Perú. Su relevancia se extiende al impulsar los vientos alisios del sudeste del Pacífico y contribuir al sistema climático conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENSO).
