El proyecto de reforma del sistema de pensiones llegó este jueves a la Cámara del Senado francés para su debate, hecho que ocurre tras masivas protestas en ese país.
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La norma pretende prolongar a 43 años el período de cotización de cada trabajador que aspire a una pensión. Un primer paso para instaurar la norma se produjo el pasado martes, cuando la derecha senatorial aprobó en la Comisión de Asuntos Sociales el aumento de la edad de jubilación de 62 a 64 años.
Al proponer ese incremento, el Gobierno añadió que el aplazamiento de la edad irá en aumento, pues durante cada generación se sumarán otros tres meses, según informan medios locales.
Mientras, los trabajadores sindicalizados de la compañía nacional ferroviaria de Francia reiteraron su apoyo a una huelga general para el próximo 7 de marzo. Este pronunciamiento fue saludado por los ocho principales gremios franceses, agrupados en la plataforma conocida como Intersindical, que semanas atrás llamaron a paralizar el país.
La Intersindical espera superar el número de manifestantes que se movilizaron el 7 de febrero pasado, estimado en cerca de dos millones por la Confederación General del Trabajo. Las organizaciones que la conforman pretenden ir sumando a nuevos sectores de trabajadores para hacer la huelga sustentable y alertaron al Gobierno que paralizarán el país.
Los principales gremios que constituyen la Intersindical son Unión Nacional de Sindicatos Autónomos (UNSA), la Confederación Francesa de Gestión-Confederación General de Ejecutivos (CFE-CGC), la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT) y la Confederación Francesa de Trabajadores Cristianos (CFTC). En enero pasado movilizaron a millones de personas.
La primera ministra Élisabeth Borne hizo un llamado a la responsabilidad debido a las afectaciones al servicio de trenes, transporte público y a la cancelación del 30 por ciento de los vuelos en el aeropuerto Orly.
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