En Chile se desarrollaron elecciones locales de gobernadores y alcaldes, en medio de una crisis por casos de corrupción y faltas de ética de representantes de todos poderes.
Si bien la derecha parece ser la gran vencedora, hay sorpresas que indicarían que el cuestionamiento al sistema político se mantiene.
En medio de una gran crisis de confianza en las instituciones, la ciudadanía fue convocada a las urnas para elegir autoridades locales, con voto obligatorio.
Pero no solo la derecha se ha visto afectada por los casos de corrupción y falta de ética. Estos han involucrado también a autoridades de gobierno, como el subsecretario de Interior, acusado de violación.
Un ejemplo de ello fue la alegría de los votantes al ver llegar al destituido alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, a su centro de votación, autorizado por un tribunal después de que se le había negado la posibilidad de ejercer su derecho a voto. Al finalizar la jornada, su continuador, Fares Jadue, fue electo alcalde.
A pesar de liderar los casos de corrupción, la derecha pareció ser la gran triunfadora, con más votación y autoridades electas. Pero hubo otros triunfos, como el aumento de la votación y la elección de algunos alcaldes en comunas populares de la izquierda.
El descontento también se expresó: Alrededor del 18% de los votos fueron anulados o dejados en blanco, una cifra que supera por mucho el 2% de la última elección municipal.
Las elecciones locales, además de ser las más cercanas al pueblo, suelen considerarse como un termómetro de lo que podrían ser las próximas elecciones presidenciales, a desarrollarse dentro de un año.
Beatriz Michell, Santiago de Chile.
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