De José Martí, Apóstol no solo de Cuba sino de nuestra Abya Yala se cumplen este 28 de enero de 2024, 171 años de su habanero natalicio. Su impronta queda reseñada en su obra libertaria, poética, narrativa, en sus encendidos discursos y en definitiva en la honra de su vida y su partida, peleando y defendiendo a su patria. Pero también queda grabada en la música, la carta de identidad de los pueblos que no necesita pasaporte.
Cuando el argentino Bernardo Palombo desde Nueva York le dio forma a “Imágenes Latinas” en la letra, para que Andy González pusiera la música sabía muy bien lo que estaba haciendo. El “Conjunto Libre” se ocupó del resto.
Imágenes latinas
Su idea de conformar el Taller Latinoamericano ya tenía boceto; a su lado estaba el boricua Antonio Cabán Vale, ‘El topo’ y sobre sus espaldas diez años andando en la ciudad de Nueva York, a la que llegó procedente de su ciudad natal, Mendoza, Argentina. En Nueva York se quedó como educador, enseñando el castellano con canciones y preparando el terreno para que los artistas latinoamericanos tuvieran un buen punto de encuentro y un soporte excelente para sus presentaciones.
El también autor de “Canción por el fusil y la flor” volcó en “Imágenes Latinas” toda la carga asimilada por ese tránsito en el norte. Y cuando el “Conjunto Libre” la grabó, ese tema se convirtió en un himno que siempre ha ido mucho más allá de la salsa, y por supuesto, de cualquier frontera física. No en vano en ese tema está recogida la sentencia de José Martí: Conozco el monstruo, porque viví en sus entrañas. Tampoco fue casual que “Imágenes Latinas” se convirtiera honrosamente en un tema prohibido en los Estados Unidos de Norteamérica.
En cuanto a la “Canción por el fusil y la flor”, es un buen ejemplo de la militancia eterna de este mendocino que ya está por llegar, en mayo a los 80 años, bregando por el Sur de América desde el Norte:
“Cuando no sirve la canción porque en la mesa falta el pan no sé si darte el corazón, mi voz, la flor o algún fusil”… Y si me matan por decir que hoy en la mesa falta el pan, será el cañón y no el rosal el que repita la canción / Si el tiempo nuevo ha de venir lo quiero nuestro hoy aquí porque estoy harto de esperar amando un mundo sin amor/ Escúchenme: quiero ser flor, pero si no, seré fusil”.
Canción por el fusil y la flor
Martí en la música
“Los hombres no pueden ser más perfectos que el sol. El sol quema con la misma luz con que calienta. El sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la luz.” (José Martí)
Alí Primera, el venezolano Cantor de la Patria Buena, en su tema “Cuando nombro la poesía” lo enarbola: Nombro al Verso Sencillo de Martí, y lo hace Alí Primera con devoción. Como con devoción escribió el poeta también venezolano Andrés Eloy Blanco el legendario “Palabreo de la muerte de José Martí”, una glosa fundamentada en aquél enigmático verso martiano: “Yo pienso cuando me alegro como el escolar sencillo en el canario amarillo que tiene el ojo tan negro”.
Cronológicamente se conoce que para la década de los 20 del siglo pasado el inmortal trovador Gumersindo ‘Sindo’ Garay, nacido en Santiago de Cuba puso música a algunos Versos Sencillos de Martí. Al parecer fue el primero en musicalizar la obra martiana. De hecho se sabe que Garay conoció al poeta y revolucionario cubano, y le sirvió.
En el legendario tema “Guantanamera” se acude a los versos de José Martí. “Yo quiero cuando me muera/ sin patria, pero sin amo/ tener en mi tumba un ramo de flores/ y una Bandera”.
Arsenio Rodríguez, uno de los arquitectos del son habanero y el mambo, escribe en la Babel de Acero, en Nueva York, una composición llamada “Adórenla como Martí”. El tresero dice en su letra: Solo falta pedirle a Dios / un poco de paz y un poco de amor / y recordar los patriotas / que murieron en los campos / para darnos con su sangre / democracia y libertad.
La Trova madre y la Nueva Trova de Cuba tienen a José Martí como faro luminoso y ejemplar. “Bolívar lanzó una Estrella/ que junto a Martí brilló…”
Otras temáticas
En Honor a José Martí y las ideas musicales de Bernardo Palombo y a la protesta generalizada en la sangre y música de la América Latina acudimos a otros temas pertinentes para las horas que viven el continente americano y el mundo. La música en el Caribe tiene recursos para todos los gustos, que, claro, son conocidos, manejados e interpretados por quienes tienen conocimiento de los símbolos, de los códigos. Y estos códigos son de la vida misma. La calle es el sitio de la enseñanza, de la reflexión, del alerta. Y cuando en la esquina el alerta se hace conciencia el código pone la música. “Por eso yo/ vivo feliz/ cuando yo canto mi bonito guaguancó”. Claro: el que canta guaguancó sabe lo que está cantando…
Agúzate
Es como aquella décima de Ignacio Piñeiro, el sonero cubano que hizo de la crónica un arma: Alto quién va/ ¡la guerrilla!/ muchachos machete en mano/ que esos son nuestros hermanos/ pero de mala semilla…/ vagos, mal entendidos/ borrachos y pervertidos/ que venden a Cuba/ su tierra/ la patria donde han crecido /.
Hace muchos años Tommy Olivencia popularizaba un tema de altos quilates: “Y ¿cómo lo hacen? / yo no sé/ ¿Cuál es el negocio? /sepa usted/ Qué bien vive ese señor/ qué bien vive esa señora/ sin trabajar se mantienen/ y visten muy a la moda/ Y ¿cómo lo hacen? – yo no sé…
Hay otros que se cantan mucho. El Ñico Saquito hizo su guaracha sabrosa con aquello de “María Cristina me quiere gobernar/ y yo le sigo, le sigo/ la corriente… y Lilí Martínez Griñán, el genial pianista que estuvo con Arsenio Rodríguez en la revolución del son sencillamente escribió y acompañó para que Miguelito Cuní se luciera: “Ahora sí que estoy de veras/ y yo sé como tú eres/ no te metas no te metas/ estoy que me desbarato/ No juegues conmigo que yo como candela”.
Surge también un tema de Orestes Varona que la orquesta Aragón y también Charlie Palmieri pusieron a rodar: “Engáñame bien, chaleco/ que te conocí sin manga. Si tú crees que yo soy bobo/ te equivocaste de lleno/ pues yo parezco muy bueno/ pero en el congo soy lobo/…que te conocí sin manga…”
Chaleco
El otro hermano Palmieri, Eddie, hizo junto a su vocalista estrella, Ismael Quintana, una joya de la resistencia que aún hoy resuena como testimonio del legado de Martí y las lecciones de Palombo:
“Justicia tendrán/ justicia verán en el mundo los desafortunados/ con el canto del tambor/ la justicia yo reclamo. Justicia tendrán/ justicia verán en el mundo/ los discriminados/ recompensa ellos tendrán/ no serán perjudicados…/justicia pa los boricuas y los niches”… y también suena y bien fuerte cuando la cosa es “No no no no me trates así/ esclavo de ti/ ¿la libertad? Lógico/ la libertad’ lógico…
Estos temas que hemos citado no están inscritos dentro de lo que se ha denominado canción de protesta, canción necesaria o canción de conciencia. No sabemos si es que hay una etiqueta o una formalidad para expresar el coraje o la inconformidad, la lucha o la esperanza. Sabemos sí, que se sigue en la hora de los pueblos, y cada vez los pueblos cantan más alto, a su manera.