Las sanciones que impone Washington de manera unilateral e ilegal a diversos países del mundo afectan a los ciudadanos estadounidenses, revela un informe.
De acuerdo a una publicación del miércoles de Bloomberg, los bancos son cada vez más reacios a realizar transacciones con clientes vinculados a países afectados por las restricciones de Estados Unidos por temor a enormes multas de los reguladores.
Es el caso de Shahbaz Salehi, ciudadano estadounidense de origen iraní, quien aseguró al medio que, debido a las sanciones impuestas por Washington contra Irán, no ha podido transferir al país norteamericano el dinero que heredó tras la muerte de su padre, a pesar de que ha garantizado el cumplimiento de las directrices del Departamento del Tesoro de Estados Unidos
“Muchos iraníes que viven ahora en Estados Unidos se encuentran en la misma situación”, afirmó Salehi. “Quieren traer dinero, pero no están seguros de cómo hacerlo porque temen que, si lo hacen, se lo bloqueen”, añadió.
Tal es el caso de Farshad Abdollah-Nia, un becario postdoctoral iraní que vive en San Diego con estatus de residente permanente, que ha demandado al Bank of America por cortarle la tarjeta de crédito, afirmando que discrimina a los iraníes en violación de la legislación estadounidense sobre derechos civiles. En su demanda, argumenta que el prestamista restringió o cerró las cuentas de hasta 15 000 ciudadanos con doble nacionalidad.
En realidad, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) utilizan las sanciones como arma para ejercer presión sobre sus enemigos sin recurrir a la fuerza militar. Rusia, Cuba, Irán, Siria y Corea del Norte se enfrentan a las restricciones más estrictas, por defender su soberanía y no sumirse a los dictados de Washington.
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