La vocera de la Cancillería rusa ha catalogado el ataque ucraniano a la región de Kursk como una respuesta a la iniciativa de paz del presidente Vladimir Putin.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, ha condenado las atrocidades cometidas por las fuerzas armadas de Ucrania durante su incursión en territorio ruso, incluidas agresiones contra la población e infraestructuras civiles, que alejan las posibilidades de llegar a una solución negociada del conflicto.
“En agosto, el régimen de (Volodímir) Zelenski llevó a cabo un traicionero ataque terrorista en la región de Kursk”, ha subrayado la diplomática en declaraciones a la agencia Sputnik, al recalcar que “esta fue una especie de respuesta a la iniciativa de paz del presidente ruso”.
Al respecto, Zajárova ha señalado que los recientes acontecimientos demuestran que la crisis ucraniana aún está lejos de una negociación de paz.
“Está claro que en unas condiciones en las que se producen auténticas atrocidades, en particular cuando se producen ataques indiscriminados contra civiles que no tienen nada que ver con acciones militares, contra infraestructuras civiles y se crean amenazas a las instalaciones de energía nuclear, no se puede hablar de ninguna negociación de paz …”, afirmó la funcionaria.
Las tropas ucranianas invadieron la provincia de Kursk el 6 de agosto, en el mayor ataque contra territorio de Rusia reconocido internacionalmente desde el inicio de las hostilidades en febrero de 2022. El avance fue rápidamente detenido por el Ejército ruso, pero los combates en la región continúan.
De acuerdo con estimaciones del Ministerio de Defensa ruso, durante los combates en Kursk las fuerzas armadas ucranianas han perdido un total de 7450 efectivos, además de cientos de vehículos de combate y transporte.
En febrero de 2022, Rusia inició una operación militar especial en el oriente de Ucrania, con los objetivos declarados de proteger a la población de la región del Dombás y garantizar además la neutralidad, la desmilitarización y la “desnazificación” del régimen de Kiev.
El Gobierno ruso ha planteado una propuesta de paz que incluye la retirada completa de las tropas ucranianas de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y de las provincias de Zaporiyia y Jersón (las cuatro incorporadas a Rusia después de consultas populares en 2022), y que se reconozca estos territorios, así como Crimea y Sebastopol, como sujetos de la Federación Rusa.
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