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El cabecilla de los rebeldes afirma que el actual gobierno haitiano es “ilegítimo” y “está bajo las órdenes de EE.UU.”.
El jefe de los grupos armados que han desatado una ola de violencia en Haití y han recrudecido la crisis política y humanitaria en la isla caribeña tras el magnicidio del presidente Jovenel Moïse en 2021, advirtió este viernes que el país sufriría un “genocidio inminente” si el primer ministro, Ariel Henry, no renuncia a su cargo.
Jimmy Chérizier, conocido como alias ‘Barbecue’, indicó en una entrevista con el medio colombiano W Radio, que para las bandas armadas irregulares que buscan controlar el poder político en Haití, el Gobierno que encabeza Henry es “ilegítimo” y “está bajo las órdenes de EE.UU.”.
“Henry y su Gobierno (…) están utilizando policías y mercenarios para matar a la población. Por eso es que decimos que habrá un genocidio inminente. Henry los está utilizando para matar a su propio pueblo”, expresó el jefe de los irregulares, quien además señaló que en una “batalla siempre hay pérdidas de vidas humanas”.
“Por eso hacemos todo lo posible para liberar Haití del primer ministro Ariel Henry y del gobierno americano“, expresó el jefe rebelde, quien aseguró que las bandas armadas que él coordina cuentan con una fuerza de “entre 7.000 y 8.000 hombres” para dar la “batalla”.
Chérizier, quien perteneció a las filas de la Policía Nacional Haitiana (PNH) durante 14 años y asegura contar con “muchos amigos” en esa institución, manifestó que “muchos jóvenes” han decidido tomar las armas porque “están viviendo en la miseria” y quieren tomar las riendas del país. “Por eso tenemos mucho apoyo”, dijo.
Alias ‘Barbecue’, quien ha logrado crear una coalición de al menos nueve bandas irregulares que ha llamado ‘Vivir Juntos’, confesó en la entrevista que él planificó la liberación de casi 5.000 presos de las dos cárceles más grandes del país: ‘La Capitale’ y ‘Croix des Bouquets’.
Estado de emergencia
La agravada crisis generalizada ha provocado que el Gobierno haitiano decidiera extender por un mes más el estado de emergencia en la capital, Puerto Príncipe. La medida incluye un toque de queda en el departamento Oeste, que culmina el próximo domingo 10 de marzo y que se ejecutará entre las 8:00 de la noche y las 5:00 de la mañana.
El decreto ordena a la Policía que utilice “todos los medios legales a su disposición para hacer cumplir el toque de queda y detener a todos los infractores”.
Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, urgió al primer ministro de Haití, quien se encuentra en Puerto Rico, a que acelere la transición para un cambio de gobierno, según informó el encargado para América Latina y el Caribe del Departamento de Estado, Brian Nichols.
“Sabotaje y vandalismo”
La tensa situación provocó también que la empresa operadora del puerto de Puerto Príncipe anunciara el jueves la suspensión de su actividad debido a “perturbaciones en el orden público” por la escalada de violencia que azota al país.
“Caribbean Port Services S.A. no puede realizar sus operaciones y se ve obligada a suspender todos los servicios ofrecidos a sus clientes”, comunicó la empresa. La firma indicó que se vio obligada a tomar esa medida debido a los “actos malintencionados de sabotaje y vandalismo sufridos” en las últimas horas.
Las amenazas de las bandas armadas haitianas contra el primer ministro Henry, son cada vez más contundentes, mientras este posterga su regreso desde Puerto Rico, después de efectuar una visita oficial a Kenia. Mientras tanto, la ONU advierte que el sistema de salud en Haití está en peligro, con pandillas armadas expandiendo su control sobre amplias zonas de la capital.
Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, “el sistema de salud en Haití se encuentra al borde del colapso. Muchas instalaciones de salud están cerradas o han reducido drásticamente sus operaciones debido a una preocupante escasez de medicamentos y la ausencia de personal médico”.
Desde la muerte de Moïse, cientos de bandas han ampliado su territorio en las calles y, según la ONU, más de 313.000 personas abandonaron sus hogares en medio del conflicto armado entre policías y pandillas. Tan solo en enero, 806 personas fueron asesinadas, heridas o secuestradas.
“La ya grave situación de derechos humanos se ha deteriorado aún más, en medio de una violencia de pandillas implacable y en expansión, con consecuencias desastrosas para los haitianos”, afirmó el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk.
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