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Los restos humanos calcinados que se han encontrado en un antiguo asentamiento de Ucrania revelan un oscuro misterio que entrelaza un incendio trágico con posibles actos de violencia y rituales olvidados.
Los huesos humanos calcinados descubiertos por arqueólogos en una casa incendiada hace 5.700 años en lo que hoy es Ucrania parecen indicar el triste final de una antigua familia. Veinte años después del hallazgo, una investigación detallada ha revelado que la causa de sus muertes no es tan obvia.
En el periodo comprendido entre el 4.800 y el 3.000 a.C., los habitantes pertenecientes a la cultura tripoliana vivían en las tierras que hoy en día pertenecen a Rumanía, Moldavia y Ucrania. Se dedicaban a la agricultura y la ganadería y crearon algunos de los mayores asentamientos en la prehistoria de Europa. Sin embargo, los restos arqueológicos de este pueblo son relativamente escasos.
El antiguo asentamiento de Kosenovka, que ocupa una superficie de unas 80 hectáreas, está situado en la provincia ucraniana de Cherkasy y ha sido investigado por arqueólogos desde la década de 1920. En 2004, los expertos hallaron varias docenas de fragmentos de huesos humanos quemados y sin quemar de siete personas diferentes, entre niños, adolescentes y adultos, en una de las casas prehistóricas descubiertas aquí.
Misterio sin resolver
Los científicos han sugerido que una antigua familia que vivía entre los años 3700 y 3600 a. C. fue víctima de un incendio, quemándose o asfixiándose con dióxido de carbono. Lo que no está claro es por qué dos de sus miembros sufrieron graves lesiones en la cabeza antes de morir y por qué uno de ellos murió varias generaciones después que los demás.
Los paleopatólogos descubrieron que poco antes de morir, una de las personas recibió un golpe en el hueso occipital, y otra en el hueso frontal, lo que sugiere la posibilidad de una muerte violenta. Además, el análisis de radiocarbono demostró que una de las personas encontradas murió unos 130 años después que las demás y su muerte no estuvo relacionada con el incendio.
La ubicación de los fragmentos quemados en el centro de la casa, así como los resultados del análisis microscópico de los huesos, que indican una combustión rápida tras la muerte, sugieren que se trató de un incendio accidental. Sin embargo, los científicos no descartan que formara parte de algún tipo de práctica ritual.
En cualquier caso, análisis más detallados demostraron que la casa y los cuerpos de los seis muertos por el incendio estuvieron completamente cubiertos de tierra y basura durante varios meses, y que parte del cráneo de alguien se colocó encima un siglo después. “Aunque nos dejaron una enorme cantidad de material arqueológico, todavía hay muchas cosas que desconocemos; por ejemplo, cómo trataban a sus muertos”, explicó a Live Science Katharina Fuchs, antropóloga biológica de la Universidad de Kiel (Alemania) y una de los autores del estudio.
Tampoco está claro si el propio incendio fue el resultado de un accidente, un antiguo ritual o una incursión enemiga. “Solo podemos especular sobre si existía una conexión entre el incendio y el acto de violencia mortal, es decir, matar a los habitantes de la casa, abandonar sus cadáveres y prender fuego”, escribieron ella y sus colegas en el artículo.