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Según Pekín, las medidas se han adoptado para contrarrestar la política de Washington en relación a la venta de armas a Taiwán.
El Gobierno de China impuso este jueves sanciones a 28 empresas armamentísticas estadounidenses, que pasan a estar incluidas en la lista de control de exportaciones, por suministrar armas a Taiwán, comunicó el Ministerio de Comercio del gigante asiático.
En un mensaje oficial emitido por el organismo, se explica que la medida ha sido adoptada “con vistas a defender la seguridad y los intereses nacionales y cumplir las obligaciones internacionales en el ámbito de la no proliferación”.
En este sentido, precisan que para alcanzar este objetivo se prohibirá la exportación de productos de doble uso a las 28 entidades estadounidenses y las actividades de exportación pertinentes que se están realizando actualmente cesarán inmediatamente.
Entre las compañías sancionadas se encuentran General Dynamics, del sector militar y aeroespacial, Lockheed Martin, empresa clave del complejo industrial-militar de EE.UU. y Raytheon, uno de los contratistas de defensa más grandes del país norteamericano.
Además, dichas empresas han sido incluidas, junto con otras siete, en la así llamada “lista de entidades no confiables“, a las que se prohíbe realizar actividades de importación y exportación vinculadas a China, así como hacer nuevas inversiones en el gigante asiático. Asimismo, se prohíbe la entrada en China al personal de alto nivel de estas compañías, mientras que sus permisos de trabajo, estancia o residencia en el país serán desaprobados y cancelados.
El gigante asiático se opone al suministro de armas de EE.UU. a Taiwán y ha impuesto en varias oportunidades paquetes de sanciones contra el sector militar-industrial estadounidense. Así, el pasado viernes, Pekín anunció sanciones contra otras siete empresas armamentísticas de EE.UU. también por el envío de armas a Taiwán.
- Taiwán se autogobierna con una administración propia desde 1949, mientras Pekín la considera como parte irrenunciable de su territorio. La mayoría de los países, incluida Rusia, reconocen a la isla como parte integral de la República Popular China.
