El canciller chino advierte a EE.UU. contra imposición de aranceles irrazonables, y denuncia que la guerra de tarifas de Trump lleva al mundo a la “ley de la selva”.
“Estados Unidos está obsesionado con exhibir una posición de fuerza. Pero, el mundo no puede volver a ‘la ley de la selva, debe avanzar, no retroceder, y para eso, los países importantes deben asumir sus obligaciones internacionales”, ha dicho este viernes Wang Yi en una rueda de prensa en Pekín en la que ha denunciado la duplicación del 20 % de los aranceles a los productos chinos anunciada por la Administración estadounidense de Donald Trump.
Ha advertido que el mundo “retrocederá a la ley de la selva” y “las reglas y el orden internacionales se verán gravemente afectados”, si cada país enfatiza sus propias prioridades nacionales y cree solo en la fuerza.
Las grandes potencias nunca deben participar en “intimidación, manipulación del mercado o saqueo” de los recursos de los países más débiles, ha agregado.
En esta línea, el máximo diplomático chino ha hecho hincapié en que “Estados Unidos no debe devolver la bondad con resentimiento, ni debe imponer aranceles sin razón”.
Ha fustigado a Washington por ejercer una política de “doble cara” hacia Pekín, instando a la Administración Trump a actuar con respeto. “Ningún país debería fantasear con reprimir a China y mantener buenas relaciones con China al mismo tiempo”, ha criticado.
Wang ha asegurado que su país optará por la ley del Talión ante la guerra arancelaria de Trump. “China seguirá tomando represalias, si Estados Unidos continúa con sus presiones. EE.UU. y China pueden ser socios, pero la relación tiene que estar basada en el respeto, la cooperación y la coexistencia pacífica”, zanja.
Asimismo, ha destacado la posición internacional del gigante asiático, considerándolo como un “socio estable y confiable”, al tiempo que ha pedido a Trump “una visión racional y objetiva sobre el desarrollo de China”.
Desde que asumió el poder como presidente de Estados Unidos en enero, Trump se ha propuesto consolidar la hegemonía de su país ideando nuevas medidas de política exterior, entre ellas la imposición de aranceles a sus principales socios comerciales y la toma del control de Groenlandia, el canal de Panamá y Canadá por razones de seguridad nacional.
La guerra de tarifas de Trump han escalado tensiones con China. El gigante asiático ha respondido con dureza a la duplicación al 20 % de los aranceles de Trump —que acusa, sin pruebas, a Pekín de no hacer nada sobre el envío de fentanilo a EE.UU.— y lo ha hecho en varios frentes, con el anuncio de más tasas a los bienes estadounidenses, un presupuesto de Defensa ambicioso y advirtiendo de que Pekín está dispuesto a luchar “hasta el final”.
En esta línea, China, por su parte, anunció aranceles adicionales de hasta el 15 % a las importaciones de productos agrícolas estadounidenses clave, incluidos el pollo, el cerdo, la soja y la carne de res, así como controles ampliados para hacer negocios con empresas estadounidenses estratégicas.
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