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Su equipo les permite a estos drones obtener información sobre la ubicación de radares, sistemas antiaéreos y otros datos.
Los drones espías de Estados Unidos siguen aumentando la presión sobre las fronteras de varios Estados.
Formalmente, los aviones y vehículos aéreos no tripulados de la aviación estadounidense y de la OTAN vuelan sobre territorio neutral y, por lo tanto, no pueden ser considerados objetivos legítimos para las defensas aéreas de otros países.
Al mismo tiempo, su equipo les permite a estos drones obtener información sobre la ubicación de radares, sistemas antiaéreos y otros datos para el posterior lanzamiento de ataques con drones suicidas, drones marinos y misiles de mediano alcance. Estas capacidades de los vehículos aéreos no tripulados espías pueden llevar al surgimiento de algunos incidentes con los sistemas de defensa aérea rivales.
Los drones de Estados Unidos que entran bajo la categoría de vehículos aéreos de combate no tripulados (UCAV, según sus siglas en inglés) son operados por dos organismos estatales: las Fuerzas Armadas, en misiones de espionaje; y la CIA, en operaciones secretas.
MQ-9 Reaper
Este vehículo aéreo no tripulado multipropósito de tipo ‘avión’ reemplazó al MQ-1B Predator (retirado del servicio en EE.UU. en 2018) y comenzó a utilizarse en 2007.
Los MQ-9 tienen casi 11 metros de largo y una envergadura de 20 metros, pueden volar hasta 14 horas a plena carga a una altitud máxima de 15.000 metros (habitualmente su techo operacional es de unos 13.000 metros) y a una velocidad de 444 km/h. Tienen una capacidad de carga externa de 1.360 kg y 385 kg de carga interna. Además del equipo de reconocimiento y transmision de datos, pueden portar misiles aire-tierra Hellfire y bombas guiadas por láser.
Fabricado por General Atomics, suele usarse para misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento y ataques de precisión. También sirve para misiones de enlace, siendo capaz de intercambiar datos con varios sistemas, incluidos satélites, otros drones, aviones, buques, bases avanzadas expedicionarias y sensores terrestres.
Además de EE.UU., el dron es utilizado por las Fuerzas Armadas del Reino Unido, Italia, España y Francia.
- Tripulación remota: piloto y operador de sistemas electrónicos.
RQ-4 Global Hawk
Capaz de permanecer en el aire hasta 30 horas a plena carga, el RQ-4 es un elemento clave de la estrategia de vigilancia de largo alcance no tripulada de EE.UU.
Conocidos también como BAMS UAS en versión marítima, estas aeronaves fueron desarrolladas por la compañía Ryan Aeronautical, que luego pasó a formar parte del gigante de defensa estadounidense Northrop Grumman. El vehículo realizó su vuelo inaugural en 1998.
Equipado con un radar de apertura sintética, así como con sensores electroópticos e infrarrojos de largo alcance, un dron de ese tipo puede monitorear un área de hasta 100.000 kilómetros cuadrados por día.
En 2017, más de 30 RQ-4 estaban en servicio en la Fuerza Aérea, la Marina y la NASA de EE.UU.
A partir de 2015 fue utilizado como un vehículo aéreo no tripulado de gran altitud y larga autonomía. En 2001 el precio de este dron era de 61 millones de dólares, mientras que en 2013 fue de 223 millones de dólares, que incluía una estación de control y el enlace con el satélite.
Un UAV Global Hawk es, en general, más costoso de operar que un avión de reconocimiento tripulado U-2S.
A día de hoy, es el dron espía más grande de Estados Unidos, pero ya no se produce siendo gradualmente reemplazado por el más avanzado MQ-4C Triton, de tamaño similar.
- Tripulación remota: tres personas (un piloto de lanzamiento y recuperación, un piloto de control de misión y un operador de sensores).
MQ-4C Triton
Desarrollado en base al Global Hawk, este sistema ha sido diseñado exclusivamente para la Marina de Estados Unidos y la Real Fuerza Aérea de Australia.
En total, el Gobierno australiano adquirió seis unidades para “mejorar la flota de aviones de patrulla marítima P-8A Poseidon y proporcionar vigilancia persistente y de largo alcance en toda la región marítima” del país.
La aeronave puede volar a 600 kilómetros por hora a una altura de hasta 17.000 metros, tiene un alcance de 15.000 km y es capaz de permanecer en el aire más de 24 horas.
El dron mide casi 40 metros de envergadura, 14,5 metros de largo y 4,7 metros de ancho. Puede llevar una carga útil de unos 1.360 kilogramos, pero no cuenta con armas.
