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El ministro de la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia, Paulo Pimenta, declaró que, en principio, “no hay necesidad de destitución formal del presidente”.
Los ministros del Gobierno de Brasil fueron informados del dictamen de los médicos del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, de 79 años, que este lunes se sometió a una cirugía de urgencia para drenar un hematoma en la cabeza, que muestra que la situación está bajo control. Sin embargo, los especialistas consultados difieren sobre cuándo volverá el mandatario a retomar sus funciones, en un momento delicado para la articulación del Ejecutivo.
El diario Folha de S. Paulo hizo hincapié en que la “probable salida temporal de escena de Lula se produce en las semanas en las que el gobierno esperaba avanzar en las negociaciones para aprobar fraccionadamente el paquete de medidas fiscales presentado por [el ministro de Hacienda] Fernando Haddad”.
Otro aspecto que está sobre la mesa es si su estado de salud repercutiría en su posible reelección en 2026.
Tras la cirugía, Lula está estable y conversa normalmente, pero deberá pasar 48 horas en observación. Por orden médica, tiene prohibido recibir visitas en el hospital hasta que se encuentre “completamente recuperado”.
“Nada de trabajo”, enfatizó Roberto Kalil, uno de sus doctores, quien añadió que “si todo va bien, como está sucediendo, debería regresar a Brasilia a principios de la próxima semana”.
En ese mismo sentido se manifestó el ministro de la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia, Paulo Pimenta: “Durante las próximas 48 horas no tendrá contacto con nadie de los asesores, ni prensa, ni ministros. Y no hay ninguna necesidad, no habrá urgencia de nuestra parte para contactar con él. En este primer momento, tiene orientación de preservar reposo absoluto”.
Y continuó: “En primera instancia, estamos trabajando para que no haya necesidad de destitución formal del presidente. Las agendas de hoy se mantienen, serán ejecutadas por el vicepresidente Alckmin”.
El vicepresidente, Geraldo Alckmin, se puso al frente de los compromisos de este martes del presidente.
¿Un mes o una semana?
El neurocirujano Fernando Gomes Pinto comentó al portal UOL que Lula puede tardar al menos un mes en recuperarse completamente de la cirugía. “Si todo va bien y sin complicaciones permanecerá ingresado en el hospital durante 72 horas a cinco días. Después de diez a 15 días, se retiran los puntos (…) es obvio que necesitará un tiempo de recuperación neurofuncional prolongado“, subrayó.
Gomes Pinto dijo que 30 días de recuperación sería “lo más sensato” para cualquier paciente sometido a un procedimiento de esas características. “Tenemos un vicepresidente que está plenamente calificado y es capaz de auxiliar y comandar el país mientras se lleva a cabo este proceso de recuperación”, añadió.
Por su parte, André Meireles Borba, neurocirujano y coordinador de neurocirugía del Hospital Anchieta de Brasilia, explicó al Correio Braziliense que la recuperación no es complicada. “La complejidad de la recuperación tiene más que ver con el hematoma subyacente”, sentenció.
En su opinión, en unos dos o tres días un paciente ya puede recuperar la mayor parte de sus funciones normales, mientras que el regreso a las actividades diarias -con poca o ninguna ayuda- puede ocurrir en una semana o quizá un poco más.