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‘Debí tirar más fotos’, el nuevo disco del reguetonero puertorriqueño Bad Bunny, ha tenido tanto éxito en las plataformas musicales como interpretaciones sobres sus significados. Y es que cada vez que suena una canción, las referencias tan puertorriqueñas de sus letras se vuelven universales.
Y es que el propio Benito Antonio Martínez Ocasio, conocido en español como ‘Conejo malo’, se ha mostrado sorprendido por uno de sus trabajos más personales que lo muestra como una parte indivisible de su país: Puerto Rico.
En una aparición inesperada que hizo el reguetonero en el Metro de Nueva York, como invitado al programa del reconocido comediante y presentador Jimmy Fallon, dijo estar en “shock” y sorprendido por el recibimiento de su disco que tiene buena parte de sus temas ubicados entre los diez primeros lugares de Spotify y que por novena vez lo ubicó en el primer lugar en la lista de los ‘Top Latin Albums’ de Billboard.
Su emoción por este abrumador éxito mundial se hizo viral en las redes, pocos días después del 5 de enero, día escogido para el lanzamiento del trabajo musical que consta de 17 canciones, cuando se le salieron las lágrimas mientras escuchaba ‘Debí tirar más fotos’.
“Sin duda alguna, este es el mejor proyecto de mi carrera, el más especial, el más bonito y con el sentimiento más puro. Se lo dedico a Puerto Rico, a mi familia y a mis amigos. Se lo dedico a América Latina”, escribió en una de sus redes.
El inclasificable
Las abundantes reseñas musicales sobre su sexto álbum coinciden en que hay una mezcla de reguetón, trap y salsa con los ritmos tradicionales puertorriqueños. Sin embargo, más allá del componente rítmico, este trabajo es un nostálgico viaje musical por la vida personal de Benito y su relación profunda con su país.
La precaria condición de Puerto Rico como Estado Libre No Asociado de EE.UU., el turismo depredador, la gentrificación, la migración, las fallas de los servicios públicos quedan de manifiesto en estrofas que se entremezclan con sus ilusiones, añoranzas y desamores del cantautor. Ya estos enfoques se habían advertido en su canción ‘El apagón’, incluida en ‘Un verano sin ti’.
El llamado “disco más político” de Bad Bunny también está pleno de referencias históricas, que acompañan cada uno de los temas en las plataformas de videos donde queda de manifiesto la postura del intérprete de 30 años a favor de la independencia.
Amor, despecho y salsa
La primera canción, ‘Nuevayol’, a través de un ‘sample’ hace un homenaje a la inolvidable pieza ‘Un verano en Nueva York’, de la agrupación salsera Gran Combo de Puerto Rico.
En ‘Por la mañana café, por la tarde ron’, que canta junto al grupo ‘Pleneros de la cresta’, se escucha la plena, un género musical puertorriqueño con raíces africanas y españolas, surgido en el siglo XIX.
Otra de las tradiciones de la llamada Isla del Encanto surge en ‘Pitorro de coco’, donde narra cómo en la Nochebuena pasa una pena de amor tomando esa bebida a base de ron artesanal macerado con coco. Aunque canta de despecho, en su lamento hace referencia de forma sarcástica a los apagones que han azotado a Puerto Rico.
Uh, uh, uh, ojalá no conozca otra como tú.
Uh, uh, uh, tú ere’ mala, te fuiste como la luz.
En ‘Baile inolvidable’, Benito acompaña la tristeza por la ruptura con el contagioso ritmo de salsa. Una combinación que, aunque parezca contradictoria, en América Latina y, especialmente en el Caribe, es un complemento perfecto porque “las penas se olvidan bailando“.
Hawái y Puerto Rico
Aunque más de 9.000 km separan a Hawái de Puerto Rico, Bad Bunny advierte sobre la posibilidad de que la isla si se convierta en un sitio para el turismo voraz, como el archipiélago del Pacífico.
Hawái, anexado a EE.UU. en 1898 y convertido en estado de ese país en 1959, ha sido promocionado como un destino turístico ideal, dejando bajo la arena de sus exóticas playas las carencias e identidad de la población originaria.
En sus estrofas resuenan temas comunes para los latinoamericanos: gentrificación; falla en los servicios públicos en la vialidad; migración por razones económicas y falta de oportunidades.
‘Quieren quitarme el río y también la playa.
Quieren el barrio mío y que abuelita se vaya.
No, no suelte’ la bandera ni olvide’ el lelolai [un canto tradicional campesino].
Que no quiero que hagan contigo lo que le pasó a Hawái’.
La historia como excusa
Entre los aspectos más novedosos, que le dan un contenido profundo a la producción musical, destacan los fragmentos de la historia del país insular, que se incluyeron en los videos de 17 canciones, a modo de hipertexto.
El encargado de plasmarlos fue el profesor e historiador Jorell Meléndez-Badillo, que hizo un repaso que va desde la época de la conquista española hasta la actualidad.
En cada canción aparece una lámina en azul con letras blancas. En ‘Nuevayol’, por ejemplo, el título del texto es ‘La bandera puertorriqueña 1895-1952’. Allí, el profesor de la Universidad de Wisconsin se refiere al “sentimiento de pertenencia” que tenían los habitantes de esa isla, que ya se materializaba con los intentos independentistas de la década de 1820 y 1830.
Del mismo modo, se hace un interesante repaso por el proceso de conquista y colonización de Puerto Rico; el nombre de origen indígena que tenía el territorio insular, y que fue cambiado por los conquistadores y estadounidenses. También hay información sobre la invasión de EE.UU. y la respuesta de los campesinos y jíbaros a los estadounidenses y hacendados explotadores.
La creación de ese país como Estado Libre Asociado también está reflejada, al igual que sus intentos independentistas durante la primera mitad del siglo XX.
Meléndez-Badillo, autor del libro ‘Puerto Rico: A National History’, traducido al español, dijo a LA Times que el equipo del reguetonero lo contactó porque “estaba realmente interesado en tener ese tipo de componente histórico, por lo que la gente no solo escucharía las canciones en YouTube, sino que aprendería su historia mientras lo hacía”.
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