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Científicos detectaron en una región magnética de la Luna objetos rocosos que reflejaban la luz del Sol de manera diferente, debido al polvo que los cubría.
Un equipo internacional de investigadores descubrió que algunas rocas en la superficie de la Luna, que están cubiertas de un polvo extremadamente magnetizado, presentaban propiedades nunca antes vistas, informó el pasado jueves la Universidad de Münster (Alemania).
Se tiene documentando que el polvo lunar, conocido como regolito, se formó a partir de un bombardeo de micrometeoritos que hubo en el satélite natural en los últimos 4.500 millones de años. Este fino polvo, que se compone de gránulos irregulares parecidos al vidrio molido, es abrasivo, radiactivo y está electroestáticamente cargado.
A diferencia de la Tierra, la Luna no cuenta con un campo magnético, sino que tiene campos magnéticos localmente fuertes, denominados anomalías magnéticas, producidos por un material permanentemente magnetizado en la corteza superior del propio satélite.
Investigaciones anteriores presentaron evidencia de que existen anomalías magnéticas en la región Reiner Gamma. No obstante, se desconocía si las rocas que se encuentran allí contienen propiedades magnéticas. En un nuevo estudio, recientemente publicado en The Journal of Geophysical Research: Planets, por primera vez reportaron interacciones entre el polvo y las rocas en Reiner Gamma.
Descubriendo extrañas rocas
Los científicos llegaron a este resultado después de detectar algunos objetos rocosos, de un metro de ancho, que reflejaban la luz del Sol de manera diferente, debido al polvo que los cubría. En la investigación, se utilizó un algoritmo basado en inteligencia artificial (IA) para analizar alrededor de un millón de imágenes de la superficie lunar que habían sido obtenidas de la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA. Concretamente, se revisó el 50 % de las 130.000 rocas identificadas por la IA.
“Reconocimos una roca con zonas oscuras distintivas en una sola imagen”, indicó el científico Ottaviano Rüsch y agregó que “era muy diferente de todas las demás, ya que dispersaba menos luz hacia el Sol que otras rocas”. “Sospechamos que esto se debe a la estructura particular del polvo, como la densidad y el tamaño del grano”, puntualizó.
Por su parte, Marcel Hess, de la Universidad Técnica de Dortmund señaló: “Normalmente, el polvo lunar es muy poroso y refleja mucha luz en la dirección de la iluminación. Sin embargo, cuando el polvo se compacta, el brillo general suele aumentar. Este no es el caso de las rocas cubiertas de polvo observadas”.
Los especialistas calificaron el hallazgo de “fascinante” y comentaron que aún desconocen las características del polvo y sus interacciones con las rocas. No obstante, llevarán a cabo nuevos experimentos para profundizar su conocimiento de los procesos involucrados en el fenómeno, así como de la estructura del polvo.
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