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La historia sigue causando conmoción en Francia, donde el caso ya es considerado como uno de los crímenes de abuso sexual más estremecedores de la historia del país.
Familiares de Dominique Pélicot, el hombre acusado de drogar a su esposa y ofrecerla a decenas de desconocidos para que la violaran durante años, han dado sus testimonios sobre el caso y alertan de otros posibles crímenes cometidos por el hombre de 71 años.
Luego de que este jueves Gisele Pélicot relatara por primera vez ante un tribunal los horrores que vivió cuando descubrió los crímenes de su marido, ahora su hija, Caroline Darian, habló de su “profunda convicción” de que ella también pudo haber sido drogada, según recoge BFMTV.
En una serie de audiencias semanales que se prolongarán por 4 meses, Darian, de 40 años, dijo ante el tribunal que después de saber lo que le pasó a su madre se enfrentó a un “segundo calvario”, cuando un agente de policía la citó, mencionando “dos fotos” suyas en las que “que aparecía dormida, tumbada de lado con la luz encendida y se le veían las nalgas”, describió con gran dolor.
La mujer aseguró que no se reconoció hasta que el policía le dijo que era ella. “Estoy convencida de que no soy yo la que está dormida en estas fotos, sino yo la que está drogada”, indicó. “¿Cómo te reconstruyes a ti misma desde las cenizas, cuando tu padre es sin duda uno de los mayores depredadores sexuales de los últimos años?”, declaró ante el tribunal. Su testimonio fue tan conmovedor que hasta Pélicot lloró desde el banquillo de acusados.
“Allí me descubrí y comprendí que el hombre que era mi padre, en el que yo tenía total confianza, al que creía íntegro, que respetaba a su hija, que estaba orgulloso de ella, que siempre la había animado, descubrí que en realidad mi padre me había fotografiado sin que yo lo supiera, desnuda”, añadió.
“Nuestros hijos podrían haber estado presentes”
Después de Darian, Céline, su cuñada, tomó la palabra para alertar sobre posibles acciones contra ella y sus tres hijos: “Nuestros hijos podrían haber sido testigos, podrían haber oído cosas, podrían haber estado presentes” mientras tenían lugar los crímenes, aseguró, y además se preguntó si Pélicot podría haber fotografiado a sus hijas, aunque ellas lo niegan.
De igual forma, Céline habló también de las “imágenes degradantes y humillantes” suyas descubiertas en los archivos de su suegro. Fueron tomadas en su casa, en su cuarto de baño, “la habitación más íntima”, indica.
“¿A quién se las envió? ¿Dónde están ahora? ¿Dónde estarán dentro de 5 años, dentro de 10, cuando yo haya muerto? ¿Las verán mis hijos algún día? ¿Por qué me miraba así?”, cuestionó ante el tribunal, añadiendo que el descubrimiento tuvo consecuencias psicológicas y médicas para ella.