Publicado:
Los dos hijos, que eran adoptados, habrían llamado a su abuela para confesarles el crimen antes de ser arrestados.
La madrugada de este jueves han sido detenidos los dos hijos menores de edad de una mujer que fue encontrada asesinada en el asiento trasero de su coche, empotrado contra la pared de su garaje en el municipio de Castro Urdiales, en la región española de Cantabria.
Los dos son sospechosos del crimen. El mayor tiene 15 años y se encuentra detenido, mientras que el menor, de 13 años, es inimputable por su edad, según el Código Penal español, por lo que ha pasado a disposición de la Fiscalía de Menores, según informa El Mundo.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 21 horas del miércoles, cuando fue hallado el cuerpo de la mujer, identificada como Silvia L. G., de 48 años. La víctima se encontraba maniatada, con una bolsa de basura en la cabeza y una puñalada en el cuello que acabó con su vida, además de otras heridas.
Inmediatamente, la Guardia Civil y la Policía Local montaron un gran dispositivo en toda la localidad, de algo más de 30.000 habitantes, con controles en distintos puntos a la búsqueda de los dos menores.
Ambos fueron hallados tras cinco horas de búsqueda, en torno a las 2:00 de la madrugada en el parque Cotolino, apenas a un kilómetro de donde fue encontrado el cadáver de su madre.
Los dos hermanos eran adoptados y habrían llamado a su abuela materna para confesarle el crimen antes de ser detenidos, según El Mundo.
Según otra versión, recogida por el medio local El Diario Montañés, uno de los menores llamó a su abuela para decirle que ambos estaban secuestrados y la mujer dio aviso a la Guardia Civil. Los agentes se presentaron en la vivienda y localizaron el cadáver.
La hipótesis del secuestro se desvaneció cuando encontraron a los dos menores escondidos en la zona de los acantilados del Parque Cotolino. Uno fue arrestado allí mismo y el otro trató de escapar echando a correr y ocultándose en el bosque, donde fue detenido minutos después.
No había denuncias previas ni indicios de violencia en el seno de esta familia, cuyo padre se encontraba trabajando en el momento de los hechos en el País Vasco, región limítrofe a Cantabria. En la localidad se han suspendido las celebraciones de carnavales y se han decretado tres días de luto.