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El mandatario les pidió a los miembros de su gabinete que renunciaran a sus cargos, luego de un consejo de ministros televisado que dejó al descubierto distintas pugnas internas.
El ministro de Defensa de Colombia, Iván Velásquez, renunció de manera “irrevocable” al cargo que ocupaba desde el 7 de agosto de 2022, cuando Gustavo Petro fue investido como presidente.
La dimisión de Velásquez, una de las figuras más relevantes y antiguas del gabinete, fue confirmada por el Ministerio de Defensa en una corta publicación en X.
“A raíz de la información que ha circulado a través de los medios de comunicación, nos permitimos informar que el ministro de Defensa, Iván Velásquez Gómez, presentó su renuncia irrevocable al cargo“, dice el escrito.
La ‘Seguridad humana’
Velásquez, un abogado defensor de los derechos humanos con larga trayectoria en el ámbito jurídico, fue impulsor durante la gestión de Petro de la política de ‘Seguridad humana’, que apuntaba a “transformar las realidades de los territorios, proteger a las comunidades y respetar los derechos humanos”.
La salida del también magistrado ocurre luego de que el presidente colombiano pidiera la renuncia protocolar de todo su gabinete, luego del explosivo consejo de ministros televisado en el que quedaron en evidencia las distintas pugnas internas en el seno de su Gobierno y de su coalición política.
Previamente, el director de la Policía, William Salamanca, anunció que se retiraba del cargo. En Colombia, esa fuerza de seguridad pertenece al Ministerio de Defensa. Lo mismo han hecho los ministros del Interior, Juan Fernando Cristo; del Trabajo, Gloria Ramírez; del Ambiente, Susana Muhamad, de Cultura, Juan David Correa, entre otros.
El defensor de los derechos humanos afrontó distintos momentos álgidos durante su gestión, relacionados con la seguridad de la población civil en medio de los enfrentamientos de los grupos armados por el control territorial y con el cumplimiento de la política de ‘paz total’, bandera del Ejecutivo.
La crisis más reciente ocurrió en la región del Catatumbo, donde murieron por lo menos 60 personas y 54.000 resultaron desplazadas, producto de los combates entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Frente 33 de las disidencias de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
