El Ejército de Sudán ha retomado el control del palacio presidencial en Jartum, la capital, tras feroces combates con las milicias de Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
Las tropas del Ejército “asaltaron el palacio y tomaron su control después de haber aplastado los restos de la milicia”, ha dicho este viernes una fuente militar sudanés a la AFP.
Por su parte, el portavoz del Ejército, Nabil Abdalá, ha anunciado en un comunicado que las tropas del país africano han propinado un golpe aplastante a los insurgentes tras fuertes confrontaciones. “Nuestras fuerzas destruyeron por completo a los combatientes y el material del enemigo, y se apoderaron de grandes cantidades de equipos y armas”, agrega el vocero castrense.
Desde el inicio de la insurgencia en el país africano en abril de 2023, el palacio presidencial cayó en manos de los militantes de las Fuerzas de Apoyo Rápido. El recinto fue el último bastión de las fuerzas paramilitares en la capital.
Finally some non ai generated images of the army following the control of the Sudanese Presidential Palace, which was occupied by the UAE funded RSF militia and was one of their strongholds. pic.twitter.com/he1iUTpWsJ
— gha*da 🌺🇸🇩☥ (@thisisNOTghaida) March 21, 2025
El ministro de Información de Sudán, Jaled al-Aiser, ha confirmado la noticia a través de su cuenta en la red social X. “Hoy se izó la bandera, el palacio ha sido recuperado y el camino hacia la victoria continúa”, ha escrito.
Vídeos esparcidos en las redes sociales muestran a soldados, armados con rifles de asalto y lanzacohetes, caminando sobre restos de cerámica y escombros del recinto presidencial, mientras celebran la victoria.
Al comienzo de la semana, el Ejército intensificó los ataques a los insurgentes al converger sus fuerzas provenientes del sur con las que estaban en el centro de la capital, logrando destruir a los militantes del FAR.
Desde hace casi dos años, la guerra enfrenta al jefe del Ejército sudanés, Abdel Fatah al-Burhan, y a su exadjunto, líder de las FAR, el general Mohamed Hamdan Daglo.
La guerra causó decenas de miles de muertos y el desplazamiento de 12 millones de personas, provocando la mayor crisis alimentaria y de desplazamiento en el mundo.
En el Gran Jartum, al menos 3,5 millones de personas tuvieron que abandonar sus hogares como consecuencia de la violencia, y al menos 100 000 personas se enfrentan a la desnutrición, según datos de las Naciones Unidas.
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