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De acuerdo con Reuters, el problema se debe a un “caótico sistema de seguimiento”.
Las autoridades de EE.UU. desconocen el volumen exacto de las armas que ha enviado a Ucrania debido a “un caótico sistema de seguimiento“, informa Reuters, citando a personas familiarizadas con el asunto.
La agencia precisa que a lo largo del último año del mandato de Joe Biden, las decisiones acerca del suministro de ayuda militar a Kiev se vieron obstaculizadas tanto por preocupaciones sobre la capacidad del arsenal estadounidense como sobre la posible escalada del conflicto que podrían generar los envíos.
Otro problema importante fue el “caótico sistema de seguimiento de armas, en el que incluso la definición de ‘entregado’ difería entre las distintas ramas militares estadounidenses“, explica el artículo, señalando que informes públicos de la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno estadounidense (GAO, por sus siglas en inglés) concluyeron que “el seguimiento caótico sesgó los datos del Pentágono e hizo casi imposible identificar con precisión las armas en el proceso de envío en un momento dado“.
Frente a esta situación, el inspector general del Pentágono y la GAO descubrieron que la Administración Biden “parecía no estar al tanto” de la cantidad exacta de armamento entregada al régimen de Kiev, así como del alcance de los retrasos en los suministros. Según un funcionario que habló bajo la condición de anonimato, desde entonces el Pentágono actualizó sus manuales internos para aclarar la definición del término ‘entregado’. Sin embargo, aún no queda claro si la nueva política ya ha sido implementada.
Entregas paralizadas
Por otra parte, los retrasos en las entregas se hicieron tan notorios que ya se hizo imposible ignorarlos. Según las fuentes, en noviembre, EE.UU. entregó a Ucrania aproximadamente solo la mitad de la cantidad total prometida en 2024, proveniente de sus reservas. Asimismo, solo cerca del 30 % de los vehículos blindados prometidos llegaron a principios de diciembre.
No obstante, algunos expertos aseguran que “no había un vínculo claro” entre los retrasos de los suministros estadounidense y las derrotas del Ejército ucraniano en el campo de batalla, debido a la concurrencia de otra serie de motivos, como la incapacidad de Kiev de solucionar sus problemas de personal y de moral o el uso irracional de las armas ya proporcionadas.
