Publicado:
Las nuevas medidas restrictivas buscan afectar la producción china de chips de memoria de gran ancho de banda y a su industria de semiconductores, afirmaron las fuentes a Bloomberg.
EE.UU. planea dictar nuevas medidas restrictivas contra las empresas chinas conectadas con la producción de chips y el desarrollo de la inteligencia artificial (IA), para así frenar el desarrollo tecnológico del gigante asiático, informa Bloomberg, citando fuentes del área.
Según personas familiarizadas con el asunto, las restricciones podrían ser impuestas a las ventas a China de equipos para la producción de semiconductores y chips de memoria de inteligencia artificial. Además, se esperan sanciones contra varios (aunque no todos) de los proveedores del gigante tecnológico chino Huawei. Por ejemplo, es probable que las listas de sanciones incluyan a dos plantas de fabricación de chips pertenecientes a Semiconductor Manufacturing International Corporation, un socio de Huawei.
Las fuentes señalaron que las restricciones también afectarán a las empresas chinas que fabrican equipos para la producción de semiconductores. Asimismo, otras posibles medidas restrictivas podrían afectar a los chips de memoria de gran ancho de banda, que se encargan del almacenamiento de datos y son importantes para el desarrollo de tecnologías de IA.
Las fuentes indicaron que las sanciones podrían ser anunciadas la semana siguiente, y agregaron que aún no hay una variante final acerca de qué medidas restrictivas serían impuestas y qué compañías chinas serían afectadas. Las medidas son el resultado de meses de discusiones entre las autoridades estadounidenses y sus aliados y de “intensas presiones” por parte de los fabricantes de microchips del país norteamericano.
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Comercio chino, He Yadong, aseveró que Pekín “aplicará las medidas necesarias” para proteger a las empresas chinas, si EE.UU. sigue imponiendo restricciones. Además, reiteró que las acciones de Washington socavan gravemente el comercio mundial, interrumpen las cadenas internacionales de suministros y dañan los intereses de las empresas, no solo chinas sino también propias.