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La desnutrición es especialmente peligrosa para las mujeres embarazadas, puesto que tiene consecuencias negativas para la salud de la madre y el recién nacido, advirtió la organización.
El 21 % de las mujeres embarazadas atendidas a lo largo de las últimas tres semanas en la clínica de salud primaria desplegada por la organización estadounidense Project HOPE en la ciudad de Deir al-Balah (Franja de Gaza, Palestina) estaban desnutridas, comunicó este miércoles la ONG.
Aclara que la desnutrición es especialmente peligrosa para las mujeres embarazadas, ya que tiene consecuencias negativas tanto para la salud de la madre como para la del recién nacido. Además, detalla que han observado un aumento en los casos de anemia entre las mujeres encinta causada por la falta de proteínas, hierro y otros micronutrientes, que puede incrementar el riesgo de sufrir una hemorragia posparto potencialmente mortal, partos prematuros y bajo peso de los bebés al nacer.
Asimismo, asegura que los índices de hambre seguirán subiendo en los días venideros si continúa el conflicto, si los envíos de ayuda siguen siendo inadecuados o llegan con retraso, y si los servicios críticos gestionados por la ONU se interrumpen debido a la inseguridad o a la falta de financiación.
“Condiciones inhumanas”
Por ende, insta a que se pacte un alto el fuego inmediato y permanente para que la población de Gaza tenga acceso a servicios vitales sólidos y a una nutrición adecuada, advirtiendo que, de lo contrario, se agravarán las “condiciones inhumanas” para más de dos millones de personas en el enclave palestino.
“Todos los días vemos llegar a nuestra clínica a mujeres y niños que sufren desnutrición aguda. Los estantes del mercado están vacíos”, explicó el doctor Maram, médico jefe de Project HOPE en la mencionada ciudad gazatí.
En este sentido, afirmó que, a medida que las enfermedades infecciosas se propaguen en las zonas colmadas de gente y los alimentos escaseen todavía más, cada vez más personas padecerán hambre, incluidos los trabajadores sanitarios que operan en la zona. “Me preocupa cada día no encontrar nada que comer”, lamentó.