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La mayoría de los estadounidenses se da cuenta de que la elección que tienen que hacer no es óptima: por un lado, se enfrentan a Kamala Harris, capaz de cambiar su visión de los problemas, y por otro a Donald Trump, que ha perdido energía en comparación con su primer mandato, afirma el analista internacional ruso Fiódor Lukiánov.
La carrera presidencial en Estados Unidos resultó nerviosa y agotadora, pero muy pobre en contenido por culpa de las imágenes y las estampas en lugar de ideas, afirma el redactor jefe de la revista Russia in Global Affairs, y presidente del Consejo de Rusia para Política Exterior y de Defensa, Fiódor Lukiánov.
“El contenido de la campaña era pobre: imágenes y clichés en lugar de ideas. Hacia el final, todo se redujo a burdos ataques personales. La mayoría de los observadores, e incluso participantes, se dan cuenta de que ambos candidatos no son, por decirlo suavemente, óptimos”, señala el experto.
El “billete de la suerte” que Kamala Harris no pudo gestionar
Lukiánov indica que la candidata demócrata ha vivido momentos poco memorables como vicepresidenta, y que el núcleo de su campaña han sido sus intentos de convencer al público de que tiene un “potencial inexplotado”. Cree que Harris recibió inesperadamente un “billete de la suerte”, que tuvo dificultades para gestionar.
“No salió del todo bien. Llamó la atención que la candidata actuaba siguiendo instrucciones, y su reacción espontánea, aparte de la risa contagiosa, no fue muy buena. Además, la disposición a cambiar diametralmente sus puntos de vista sobre temas clave no le hizo parecer sólida, aunque el cálculo táctico está claro”, apunta el periodista.
Al mismo tiempo, señala que Harris, a quien nadie había tenido en cuenta, fue capaz de consolidar los círculos influyentes del Partido Demócrata. “Se involucraron en el proceso, no tanto por simpatía hacia ella, sino por miedo a Trump“, concluye Lukiánov.
Donald Trump perdió su “novedad sensacional”
Hablando del candidato republicano, subraya que el narcisismo inherente a Trump, antes compensado por una especie de ligereza y zanganería, está causando ahora una “impresión opresiva”.
En opinión del experto, las expectativas de que el expresidente se hiciera más respetable con la experiencia adquirida, adoptando la imagen de un sabio estadista, no se justificaron. Lukiánov cree que el republicano “ha perdido su olfato de sensacional novedad y no emana energía como hace 8 años”.
Sin embargo, señala que Trump personifica ahora a su partido y define su dirección, a pesar de que antes parecía “un tipo raro excéntrico cuyas payasadas hacían estremecerse al ‘establishment’ republicano”.
Entre dos polos
Lukiánov señala que, si se simplifica la descripción, los estadounidenses tienen que elegir entre “liberal-globalistas” y “nacional-patriotas”.
“No habrá un movimiento lineal, porque el país es enorme, hay muchos factores contradictorios, la sociedad es compleja, no camina en formación a la orden“, señala.
Por lo tanto, es importante tener en cuenta el conjunto ideológico y político que prevalecerá tras estas elecciones, concluye el experto.