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Mark Longo invitó al presidente electo a visitar su santuario de animales.
Mark Longo, el dueño de la popular ardilla Peanut, que fue sacrificada la semana pasada por disposición de las autoridades del estado de Nueva York, invitó este viernes a su granja al presidente electo de EE.UU., Donald Trump, asegurando que la muerte del roedor podría haber desempeñado un papel en su aplastante victoria, recoge The New York Post.
“Tal vez Peanut jugó un papel en su victoria. No estoy seguro. Nunca lo sabré, pero me gustaría conservar un trocito de mí que piense que [Peanut] pudo haber logrado un cambio, es lo que más deseo”, insistió. Longo felicitó al republicano por su victoria, asegurando que fue la voz de Peanut “con la esperanza de hacer el cambio”.
A pesar de que confesó que no votó en las elecciones y se definió como una persona “no política”, Longo aseguró que sería un “honor” que Trump visitara su santuario de animales, de donde fue decomisado Peanut, junto con un mapache llamado Fred, por oficiales del Departamento de Conservación Ambiental durante una inspección que duró cinco horas y en la que, denunció, las autoridades aplicaron uso excesivo de la fuerza.
La confiscación y el posterior sacrificio de Peanut causaron un gran revuelo en las redes sociales, convirtiéndose rápidamente en una discusión política en la que varios internautas, incluido el magnate Elon Musk, culparon a las políticas del actual Gobierno estadounidense, al que además acusaron de ser “una máquina asesina sin sentido y sin corazón”. Tras la victoria de Trump, una ardilla que se asemejaba a Peanut apareció en medio de un discurso de la candidata demócrata, Kamala Harris, lo que muchos calificaron como ‘la venganza del roedor’.