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La Policía de Alabama determinó que el hombre se había suicidado, versión que la esposa niega rotundamente, al igual que varios en la comunidad que ven con desconfianza la labor policial.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) de EE.UU. está investigando la muerte de un hombre afroamericano que fue encontrado ahorcado en una casa abandonada del estado de Alabama luego de que denunciara al Departamento de Policía local, en medio de preocupaciones de la comunidad por el uso excesivo de la fuerza, reportó este sábado AP.
El cuerpo de Dennoriss Richardson, de 39 años, fue encontrado en septiembre en una zona rural del condado de Colbert, en las cercanías de su vivienda en Sheffield. Si bien la Oficina del Sheriff local determinó que se trataba de un suicidio, la esposa, Leigh Richardson, negó rotundamente esa versión.
¿Suicidio o brutalidad policial?
Según la mujer de 40 años, su esposo no dejó ninguna nota y no tenía conexión con el lugar en donde fue hallado su cuerpo. Además, manifestó que la muerte estaba relacionada con una denuncia presentada en febrero contra el Departamento de Policía. En el alegato judicial, Dennoriss Richardson afirmó que las fuerzas del orden lo habían agredido rociándole gas lacrimógeno y descargas eléctricas, además de negarle la atención médica cuando estaba en prisión.
Tras la denuncia, Richardson fue detenido con frecuencia, por lo que en los meses posteriores “trataba de no estorbar”, señaló su esposa. Los registros judiciales, recogidos por AP, dan cuenta que el hombre tenía un largo historial de enfrentamientos con las fuerzas del orden, que comenzaron en 2006 por posesión de drogas.
Desde entonces, fue arrestado en al menos seis ocasiones por cargos que iban desde alteración del orden público hasta robo y agresión. Al momento de su muerte, se encontraba en libertad bajo fianza.
Desconfianza y terror en la comunidad
No obstante, varios en la comunidad de Colbert se muestran escépticos con la versión de suicidio debido a una profunda desconfianza hacia los policías locales, acusados de recurrir a un patrón excesivo de la fuerza. “Hasta el día de hoy odio ver un coche de policía”, dijo Marvin Long, que también demandó al departamento policial. “Ahora tengo más miedo que nunca“, agregó.
“Desde hace mucho tiempo existe una especie de desconexión entre las comunidades de color y las fuerzas del orden”, afirmó Tori Bailey, presidenta de la sede local de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color, agregando que la reacción estuvo influenciada por las historias de linchamientos contra afroamericanos que se dieron entre 1877 y 1943 en el estado.
El FBI comenzó las investigaciones sobre el caso tras un pedido del sheriff local, Eric Balentine, quien señaló que su Oficina “agotó todos los recursos” en la pesquisa. “Si se demuestra que fue excesivo, entonces estoy seguro de que habrá rendición de cuentas”, agregó.