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La autopsia de los cuerpos descubiertos mostró que la mayoría de las víctimas murieron de hambre, mientras que otros, incluidos niños, habrían sido estrangulados, golpeados o asfixiados.
Los fiscales de Kenia pretenden acusar de asesinato y terrorismo al autoproclamado pastor Paul Nthenge Mackenzie, presunto líder de una secta religiosa, y a decenas de sospechosos por la muerte de más de 400 de sus seguidores, informa The Guardian.
Mackenzie, quien se encuentra detenido desde abril del año pasado, habría incitado a sus seguidores a morir de hambre para “encontrar a Jesús”. “Tras un análisis exhaustivo de las pruebas, el fiscal general está convencido de que existen pruebas suficientes para procesar a 95 sospechosos”, aseguraron desde el Ministerio Público keniano.
El autoproclamado pastor y los demás sospechosos enfrentarán 10 cargos que incluyen asesinato, homicidio involuntario y terrorismo, así como un cargo de “someter a un niño a tortura”. Actualmente se desconoce cuándo comparecerán ante el tribunal los 95 sospechosos, pero los fiscales afirmaron que están comprometidos a “procesar expeditivamente los asuntos”.
En abril de 2023, se descubrieron cadáveres en un bosque cerca de la costa del océano Índico, tras lo cual Mackenzie fue arrestado y su prisión preventiva se extendió varias veces.
La autopsia de los cuerpos descubiertos mostró que la mayoría de las víctimas murieron de hambre. Sin embargo, los restos de otras personas, incluidos niños, muestran signos de haber sido estrangulados, golpeados o asfixiados. Según los informes, hasta la fecha se han recuperado un total de 429 cadáveres.
En octubre, un comité de investigación del Senado keniano informó que Mackenzie ya había sido acusado formalmente en 2017 por su predicación radical. “[Pero] el sistema de justicia penal no ha logrado contener las atroces actividades de Paul Mackenzie en Shakahola”, señala The Guardian.
En 2019, el autoproclamado pastor fue acusado de estar involucrado en la muerte de dos niños, que se cree murieron de hambre, asfixiados y luego enterrados en una tumba poco profunda en el bosque. Sin embargo, Mackenzie fue puesto en libertad bajo fianza en espera de juicio.